Aquí yo de nuevo mi amor.
Carta número dos.
Me impacta mucho ver todo lo que influenciamos en los demás. ¿Te acuerdas que era lo que siempre queríamos? Y ahora con tu trascendencia, parece ser real. No me quiero quedar aquí, atorada en un hueco llorando y siendo miserable.
Me duele mares acordarme de la noche del jueves. De las tacitas de café y la televisión. De Puca maullando y tu diciéndole que qué bien chinga. Me duele pensar que no tendré eso de nuevo. El calor de tu pecho, sentir tu pene erecto dentro de mi y escuchar tus gemidos. Pero supongo que por eso la vida es así... porque si hubiera sabido que era la última vez que lo hacíamos quizá no hubiese dejado de llorar, para ti no sería sexy y quizá ya no habríamos podido hacerlo.
Me duele pensar que ya no verás Breaking Bad, que no supiste cómo terminó. Me duele pensar que no fuimos a tu carne asada y que no me siento con fuerzas para hacer tus canastas.
Pero al mismo tiempo... de alguna forma logro tener fe. Logro ver que algo bueno tiene que salir de todo esto, que de alguna forma nuestro amor estaba destinado a ser mucho más que solo el de pareja que sube fotos a instagram. Que logramos impactar a las personas, bueno,,, más partícularmente tu por supuesto y que si yo me quedé aquí es por un motivo, porque algo quiere aún Dios de mi.
Me llena lo que dice la tonatóloga jajaja cómo te reirías de ese nombre. Que no es un día más sin ti sino un día menos para volver a verte. Quiero y no quiero vivir mucho. No creas... yo sé que son temas humanos pero no deja de preocuparme hacerme muy viejita y que me veas ya toda decrépita y tú todo fresco y sexy cual lechuga.
¿En el otro mundo tenemos cuerpos? Pues no verdad? Solo somos alma. Eso esta padre pero tampoco tanto, porque yo amaba tu cuello, tu olor y tu barba, también me duele no volver a tener eso.
Te extraño mi amor y no quiero hacerlo, quiero sentirte dentro de mi todo el tiempo.
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