Esto que escribo es para ti, aunque no sé quién seas. ¿Serás algún conocido, alguien con quien haya cruzado algunas palabras? ¿O quizá nunca nos hemos visto? Como sea, espero que estés muy bien; y más que bien, espero que seas feliz, que tengas una vida agradable y plena, que te estés realizando como persona, y que estés disfrutando de cada día. Confieso que a veces ya quisiera saber quién eres, pero soy paciente. Tárdate lo necesario en llegar, no te apresures. Yo estoy bien por acá, disfrutando la vida, conociéndome a mí misma y gozando de mi propia compañía. Sólo espero que coincidamos en el momento justo, ni antes ni después.
Cuando llegue el momento de conocernos, quiero que seas ese chico que no esté a mi lado por necesidad, sino por elección. Quiero que me escojas cada día, que me extrañes, que hagas por mí cosas que nunca pensaste. Por mi parte, quiero entregarte lo mejor de mí, quiero hacerte sonreír, llenarte de mil y un sorpresas, mimarte y consentirte siempre. Quiero conocer tus anhelos más profundos, tus sueños, tus aficiones, las cosas que te apasionan, tu deporte favorito, la música que te llena, todo, quiero conocerlo todo de ti. También deseo que me compartas tus miedos, que me enseñes las cicatrices de tu pasado, que me confíes aquello que nadie más sabrá, porque yo guardaré tus secretos más profundos con doble candado; puedes confiar en mí.
Quiero que nos desvelemos conversando de temas profundos, pero también de tonterías sin sentido. Que que los sábados nos vayamos de fiesta y que los domingos la pasemos en cama, acurrucados, viendo series o películas. Quiero que sepas que te voy a respetar todos los días, que no te fallaré, porque para mí la confianza y el respeto son primordiales en una relación. Quiero abrazarte en todo momento, cuando te sientas mal, cuando te sientas bien y cuando simplemente sientas que necesitas mis brazos. Quiero invitarte a ser parte de mi mundo, que te conozca mi familia y conocer a la tuya; que tengamos amigos en común.
Quiero darte tu espacio y que me des el mío, que no nos sofoquemos, que entendamos que cada uno necesita sus momentos de privacidad. Quiero tener contigo un amor en libertad y que nunca nos acose el fantasma de los celos. No quiero ser posesiva ni que tú lo seas; quiero que entendamos que no somos la mitad del otro, sino que estamos completos y completos decidimos estar juntos. 
Cuando llegues, cuando al fin te conozca, quiero que ambos estemos reconciliados con nuestro pasado, que no le pongamos cargas innecesarias a nuestra relación y que no nos juzguemos por nuestros errores de ayer. Quiero amarte y respetarte, así como eres, con tus defectos y virtudes, y que me ames igualmente, así como soy.
Cuando por fin llegues a mi vida, quiero que establezcamos una relación sólida y sincera, en la que ambos seamos pareja pero también los mejores amigos, confidentes y compañeros de aventuras. Quiero que seamos perfectamente imperfectos, el uno para el otro.  


Un artículo que me pasó una amiga... muy bonito :)