martes, 7 de octubre de 2014

Take me back

Trato de superar el hecho de que no he podido bailar y de que no sé exactamente cuando lo haré.
Llevo tres lunes seguidos diciéndome que será solo esta semana y ya… pero supongo que de esta manera es más fácil… supongo que me habría dolido más si el primer lunes me hubiese dicho "seran 3 semanas sin ninguna clase de ejercicio físico".

Mientras tanto mi vida se torna un poco gris.
No siento esa fortaleza en mis piernas, no me duelen los músculos al dormir.
No puedo hacer empeines y no puedo sentir todo ese poder que siento cuando lo hago.
No he sentido esa libertad que llega cuando sudo hasta tal punto que la gente llega a pensar que me a cabo de bañar.
No he tenido que adaptar mi cabello a miles de formas y situaciones: bonito y limpio por la mañana, sucio al medio día, opaco en la tarde y amarrado en un chongo para el ballet por la noche.
No siento mi cuerpo cambiar ya… y tengo esa necesidad de verme todo el tiempo al espejo para corroborar que no he engordado ni siquiera un poco.
Ya no siento la libertad para comerme una barrita si se me antoja en la clase.
No he podido practicar mis piruetees.

Dios mío déjame bailar ya por favor.
Y lo mío se presenta de una manera tan simple… tan pequeña.
No me puedo imaginar a aquellos que han perdido la posibilidad de bailar para siempre. No se lo deseo ni a mi peor enemigo.
Mientras tanto me siento en las bancas en frente de la cafetería… viendo a tanta gente sana perder su tiempo platicando de cosas tontas, perdiendo el tiempo….
Trato de concentrarme en mi tarea… pero es que simplemente no puedo.
No debería estar aquí, debería estar haya… debería estar haya escuchando esa música… debería estar haya sintiendo ese dolor… ese tan delicioso dolor.