sábado, 30 de enero de 2016

Entre el vivir, perdonar y amar

Y aquí estamos… Un pleito más.
 No me gusta ver discutir a mis papás.
 A mí papá tampoco, nunca le ha gustado, cuando él era pequeño, sus papás se divorciaron porque mi abuelito era machista. 
Desde entonces, papá me dijo que prometió que él nunca sería como mi abuelo. Que él se comprometería, nunca soltaría a su mujer y lucharía porque las cosas funcionaran con respeto.
Me dan miedo los conflictos entre las personas… Me da miedo que por pequeños detalles, no se llega a un acuerdo.

Un conflicto es entre dos (o más personas), la solución también es entre dos y es ahí cuando todos los humanos nos equivocamos.
En estos días, he aprendido que si quieres COMPRENDER a alguien, tienes que ver sus raíces, ver cómo creció, lo que consideró normal ver y vivir. Porque de esta manera, las personas siguen esos patrones. No es en realidad nada del otro mundo, creo que hasta cierto punto, es algo obvio. No?

Por eso, a veces me cuesta trabajo entender a mi mamá y a ella le cuesta trabajo entenderme. Porque a mí no me tocó vivir como ella vivió su infancia con todas sus implicaciones (política, cultura, economía, valores) y a ella nunca le tocará vivir cómo yo con lo que me rodea. Ella es de un carácter muy fuerte, sabe resistir circunstancias que no le agradan y sin embargo, guardar la compostura, ser lo más educada, propia y respetuosa posible. A veces se le complica expresar lo que siente, no sabe pedir las cosas porque ella no considera necesario hacerlo, ella asume que quienes la quieren y la conocen, saben ser igual de propios como lo es ella y que además, sabrán qué es lo que no le gusta y lo que sí y cómo hacerlo. Así que si las cosas no salen como ella espera y las personas no actúan como ella quisiera… Siente impotencia y no sabe cómo decir las cosas. Se va a los extremos y para ella es blanco o es negro y no la sacas de ahí.

Supongo que esta forma de actuar se debe a la forma de ser de mis abuelos. Eran estrictos, eran secos, de poco trato y de poca expresión. Así que mamá tenía que adivinar por su cuenta qué era lo que los tenía alegres y qué era lo que les disgustaba y ser como fuera necesario ser, actuando como tuviese que hacerlo. Con respeto, porque eran (son) sus padres, les debía (debe) la vida y todo lo que tenía (educación, salud, ropa, casa, etc) era gracias a ellos.

Imaginar a estas dos personalidades (mi papá y mi mamá) juntas, no es tan complicado si lo piensas. Papá con un inmenso corazón de pollo y capas de doblegarse por DECISIÓN propia y por AMOR porque decide ser prudente ante todo. Esta parte es importante porque la gente suele confundirse: tener un corazón de pollo no significa no tener carácter (y el carácter no es sinónimo de saberse enojar). Porque papá es decidido, es responsable pero su característica principal es que es CONCILIADOR. Se llena de paciencia, busca la cordura y la objetividad para encontrar una solución que haga felices a todos y es capas de sacrificarse.
Eso lo convierte en una persona muy especial y en el único, capaz de liberar en mi mamá ese lado sensible que le cuesta tanto trabajo sacar.

Pero los problemas no avisan cuando llegan. La vida da mil vueltas, las personas nos rodeamos de circunstancias distintas, tenemos nuevas formas de pensar, nos nacen diferentes intereses a los que hemos tenido antes y además, también nos llegan nuevos problemas, por lo que sobrepasamos obstáculos nuevos y cada quien tiene su manera de reaccionar y afrontarlos.

Las parejas (y eso que yo no soy experta, solo ofrezco mi humilde opinión) tienen siempre ese problema que yo pienso que se deriva de ese mal hábito tonto que tenemos las personas de pensar, que entre más conocemos a las personas y entre más nos comparten y nos DAN la autorización de juzgar y opinar sobre sus vidas, lo que hacen y sus decisiones… Entre más nos lo permiten, cometemos el error de creernos con el derecho de exigirles ciertas cosas y realmente creemos que conocemos TOTALMENTE a esas personas y que deben ser y actuar como esperamos.

Y nos cerramos… Olvidamos escuchar, olvidamos INTENTAR entender y en el caso específico de las parejas, olvidamos que aunque estén juntos, siguen siendo individuos y que aunque pasen los años juntos, tienen derecho a tener nuevas aspiraciones, a querer tomar caminos distintos a los de siempre (y no hablo de salir con alguien más, sino de cosas como una nueva carrera, un nuevo empleo, una actividad recreativa nueva, etc).

Y pueden pasar dos cosas…
 
1. Exigimos demasiado.

2. No sabemos decir lo que queremos y lo que sentimos.

O pueden pasar las dos cosas al mismo tiempo y de manera mixta: uno siente lo primero y otro siente lo segundo. O cada quien tiene los dos problemas. Total, el caso es que se establece una distancia entre las personas y entre más tiempo pasa y entre más se dejan enfriar esas cosas, se vuelven como arena petrificada en concreto y hay miles de roquitas que poco a poco cuesta más y más trabajo romper hasta que se unen y forman muros inmensos.

Cómo se evita la petrificación? Cómo se rompen las piedras? Cómo se rompen los muros?
Yo pienso que es como las enfermedades mortales. Como un Cancer: debes estar checando las relaciones constantemente, porque si se detectan a tiempo, el 99% de las veces se le encuentra solución y entre más y más se aplace más trabajo costará remediarlo hasta que ya no queda nada por hacer. Aunque claro… Mi fe me dice que siempre hay esperanza y hay milagros pero para qué arriesgarse??

En el caso de mis papás… Yo pienso que con el tiempo, las personas nos cansamos, nos cansamos hasta de nuestros propios ideales. En el caso de mi papá, te cansas de que la gente sea abusiva contigo, que la gente no valore lo que haces por ellos porque siempre eres amable, porque siempre buscas lo mejor para todos, porque siempre tratas de conciliar las cosas, te cansas de ser prudente. Con mi papá es así en su trabajo y con su familia (hermanas).

Y en el caso de mi mama, te cansas de ser la propia, te cansas de ser educada, te cansas de tratar de demostrar que no eres mal intencionada. Te cansas de intentar ser paciente porque te conoces y mi mama se conoce, se sabe que ella es seca a veces, se sabe que no es tan efusiva ni cariñosa, pero me consta que hace su mayor esfuerzo por ceder, por ser prudente y por expresar su inmenso cariño que todos por el simple hecho de ser humanos, tenemos en nuestro interior. Con mi mama es así en el negocio con los proveedores, con su familia (padres y hermanas) y con nosotros y nuestros ritmos de vida que se han convertido en los de ella.

Pero aunque te canses a veces… El chiste de esta vida, creo yo que es que somos fuertes, como la canción de calle 13: aguantamos. Y el obsequio que Dios nos da a parte de la vida y de la capacidad de libre albedrío, es la inmensa oportunidad de conocer y relacionarnos con personas increíbles que tienen mucho que contarnos y es también que nos den la oportunidad de descubrir nuevas formas de ver y vivir la vida y es nuestra responsabilidad darnos cuenta, que no tenemos que afrontar los problemas solos, que para eso están las personas que nos rodean. Y es tan difícil como hermoso y mágico mantener un equilibrio entre nosotros, que nos permita soportarnos, amarnos!!! Y vivir esta vida tan hermosa y NO SENCILLA juntos.
Gaby Hurtado.



jueves, 28 de enero de 2016

Estoy tan cansada...
Cansada de la melancolía, cansada del dolor.
A veces cae bien estar feliz.

Y en días tristes, no hay nada que una canción no pueda hacer por ti... :)
Es como... fé para estos días y un abrazo de Dios para recordar que cosas maravillosas vienen, que solo debes cerrar los ojos, confiar y dejarte llevar.