domingo, 24 de octubre de 2021

24/10/2021

 Quería escribir a mano, pero no logré encontrar una pluma.

A veces, quizá lo que realmente necesitas es un momento a solas. 

No hay patrones en la gente que vive por aquí.

Al menos no como los que creo estar acostumbrada y conocer. 

A veces, parece que quienes nos rodean en este fraccionamiento son personas inmensamente fresas. 

Con carros muy bonitos que se toman el tiempo de sacar a sus perros a pasear dos veces al día.

Y a pesar de todo, me gustaría verlos tener rutinas. Llegar a una misma hora, sacar a su perro a la misma hora también y que existiera esa cordialidad de vecinos que te saludan. 

Me haría sentir en confianza. 

Pero siento que eso no existe.

Lo mismo me pasa en el trabajo. 

Me siento tan sola, me siento juzgada y me siento a prueba todo el tiempo. 

Al final sé que Ismael me diría que no son ellos los que me estan juzgando sino yo. 

Si trato de verlo así y cuestionarme que me quiere decir sobre mi misma... 

La forma de vestir,

La forma de hablar o de simplemente no hacerlo. 

Mi trabajo.

A veces, muero por saber que lo que estoy haciendo es bueno. Que hago un excelente trabajo, que lo que hago sirve de algo. 

Yo pienso que no tengo una idea clara de mi papel en la empresa. 

A veces pienso, que en realidad todos se preguntan lo mísmo. Que nadie tiene la certeza de estar haciendo lo que debe en el momento y de la forma indicados.

Algunas veces me siento la chalana, que hace el trabajo obrero de costos. 

Otras veces, sobre todo cuando me equivoco me doy cuenta que por más aparentemente pequeñas que puedan resultar mis funciones, todo esta conectado y lo que yo hago tiene un impacto muy fuerte en el trabajo de mis jefes. Para bien y para mal. 

A veces, me doy cuenta que quienes están en la empresa son gente chingona. O al menos así lo veo momentáneamente. 

Cuando oigo hablar a Tania o a Chava o cuando veo la capacidad de Pedro para ser un robot que puede trabajar 24 horas sin descansar 

Y me siento muy mediocre por no poder seguir el ritmo. 

Y empiezo a preguntarme cómo actuaría Pedro en mi posición... y David y Blanca y Erika o Lore. 

Pero en realidad nada de eso importa porque la que esta ahí soy yo. 

Yo soy la chava que tiene ahí los números y que no se da por vencida. 

La que dijo que podía porque estaba cansada de subestimarse y claro que no sé ni un cuarto de las cosas que se supone que tendría que saber pero me vale madre y le doy. Si me espero a saberlo, nunca podré realmente avanzar. 

Yo sabía que ya no quería hacer nada el viernes, que no tenía ganas de estar sentada ahí. De verle la cara a esas personas y también sé que sentía lo que sentía. 

Desde que era pequeña, simplemente había ecosistemas, ambientes en los que no me sentía a gusto desde un principio. Por más que me forzaba a ver las cosas de distinta forma. A no se tan negativa ni cerrarme solo a mis complejos y baja autoestima.

Pero he estado en otros trabajos y si recuerdo estar incómoda pero al menos podía encontrar un poco de paz en algunas personas. Ahora no encuentro paz en nadie. 

Veo a todos a lo suyo. Amables a veces sí y a veces no. Algunos días te saludan y otros te voltean la cara. Algunos días atienden a tus peticiones a la primera y otras se te esconden. No contestan mensajes y no contestan llamadas. 

Todos van a lo suyo. Mi único refugio es Ismael. Y sin embargo el viernes diferimos un poco. Quizá porque le temo al futuro. Si tantas veces le temo a mis decisiones que me impactan directamente... ni se diga de las decisiones de él que me dejan helada. Me impactan y no depende de mí.

Ya no puedo seguirlo acosando. Porque así es como me siento o al menos como más fuerte me sentí el viernes. Como que solo lo absorbía muy profundamente sin dejarlo ser ni vivir.

Por supuesto que no quiero ser eso. Me gusta verlo feliz. Pero me da miedo que no sea conmigo y eso es tan pero tan egoísta. 

En fin... si mi vida diaria esta complicada... pues claro que me impactó de forma muy fuerte lo de Ismael el viernes. 

Mi ansiedad es tan solo mi acumulamiento de estrés. No necesito pastillas para la ansiedad ni tengo un trastorno psicológico. 

Es así, uno se llena la cabeza de pendientes. 

Sobresalir laboralmente, avanzar en la casa (construcción, decoración), tener una buena relación con Ismael, mantenerse en forma, darse unos lujitos alimenticios, tener momentos de calma, pagar las deudas. 

Y cualquiera diría "y eso que no tienes hijos" 

Yo no entiendo cómo la gente puede tener hijos, cómo salen adelante emocionalmente de todo aquello. 

Seguro ni lo hacen, viven al día cómo yo estoy viviendo ahorita y luego un día miran atrás y se dan cuenta que se les fue la vida y no se dieron cuenta.

Este maldito dolor de cabeza no me ha dejado en paz en toda la semana y esta directamente conectado con la espalda, el cuello y la pierna derecha. 

Quisiera más días como ayer o como el del fin que fuimos al hotel en el centro. Días en que me olvido por completo de todo y solo soy feliz. 

No me gustan las rutinas pero siempre termino en ellas. 

Porque las partes que no me gustan de las rutinas son las que más le dan sabor a las partes que sí y te metes en un círculo vicioso sin fin. 

Aprovechando que estas aquí... quizá podría contarte el miedo muy muy oculto que siento de cuando entres a tu nuevo trabajo. Sé que es algo que nos va a ayudar mucho a los dos. No solo económicamente sino en tu crecimiento como persona. Pero me da miedo últimamente lo nuevo. Qué rara. Todo es nuevo todo el tiempo. 

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