sábado, 25 de diciembre de 2021

Carta #21 Preguntas

 Ya no sé si tiene sentido escribirte. 

Hoy es uno de esos días que siento tener MUY claro, que no estas. 

Siento que no se lo puedo contar a nadie... no a Lady y sus ángeles, no a Pal y sus señales ni a Ana y sus sueños. 

Solo soy yo. Con mi corazón roto.

No niego la magia de las casualidades... la maravilla que me resulta ahora el cerebro humano. 

Siempre creí en lo sobre natural, en los fantasmas, en aquello que no se puede ver pero se puede sentir. 

Efectivamente no niego, que el amor es eso. 

Magia que tiene esa capacidad única de unir a dos personas. 

Pero no creo en... ni siquiera puedo ponerle nombre. 

Supongo que todo es simples coincidencias. 

Y tu fuiste una impactante coincidencia. La velocidad con la que llegaste y la intensidad con la que te clavaste en mi vida. Todo lo que me revolviste, me enseñaste... me diste... también me quitaste... la confianza y la inseguridad que me hiciste sentir... al final siempre en espiral. 

Pero hoy no estas. 

Creo que los sueños son solo eso. Sueños. 

Reflejos de lo que no digo pero pienso, dudo y creo creer. 

Creo que no te dicen nada de la vida, o si... abren alternativas en tu mente pero hasta ahí. 

Pero yo no veo al mismo colibrí en mi ventana, ni a la misma mariposa, yo no he creído sentirte por la noche tocarme... o algo tan increíble como que me escribas un mensaje en el espejo con vapor. Un mensaje en el celular. El padre Teyo lo decía, te acuerdas? Que alcanzas niveles tan espirituales que podrías mover un árbol pero para ese punto, sabes que no es necesario. 

Bueno, quizá esa idea es la única a la que le doy oportunidad para justificar no recibir nada de tu parte... que ahora tienes una percepción diferente, que ahora eres pleno, sabio, lo suficiente para entender que ahora solo debes observar y "permitir" que las cosas pasen como se supone que hace Dios. 

Yo sé que pensando de esta forma... mi vida puede volverse mucho más triste, obscura y sin sentido... pero tu sabes cómo soy, no sé mentirme. 

Prefiero hacerme sufrir y si al final la que pierde y como dicen en la iglesia... no soy importante. Supongo que a Dios le dará mucha tristeza pero me "permitirá" hundirme en mi propio hueco.

Lo he sentido particularmente callado desde que lo acepté, le pedí ayuda. Ahora las cosas corren, fluyen y había sentido mucha paz... pero ahora con todo esto de la navidad... simplemente muchas cosas se me vinieron encima.

Tengo muchas dudas. Cosas que nunca resolvimos tu y yo... y ahora supongo que se cortan de golpe y supongo que lo "sano" es trabajarlo... Estoy molesta contigo... y al mismo tiempo ante todo, me doy cuenta que solo trato de justificarte. 

Que si, cómo se te ocurrió salir conmigo si todavía no arreglabas lo de María... que si, finalmente yo lo acepté. Que si... supongo que siempre hubo esa parte natural tuya que no me mostraste porque no me gustaba... e incluso a ti mismo no te gustaba tanto como la versión de ti mismo que eras estándo conmigo. O simplemente la elegiste... elegiste para tu vida, esa versión que tomaste conmigo y ahí nuevamente caigo en amarte... porque sé que tomaste una elección y esa me gustó y me hizo sentir bien. 

Entonces ahí te perdono de todo... y siento que logro cerrar el ciclo. No eras mío, nunca lo fuiste... eras de Dios... pero si no creo en Dios, supongo que en alguna forma retorcida y muy forzada lo fuiste. 

En el fondo, siento que sí que creo en Dios... pero vamos, es algo que tengo muy aprendido. Como escribir en el teclado sin verlo... ¿cómo lo hago? simplemente mi cerebro esta acostumbrado. Todo se limita al cerebro. 

El cual, al apagarse se acaba. Te acabaste mi amor. 

Y esa idea me arde. Me arde que no pude hacer nada. Me tengo compasión porque sé que no había forma que lo supiera... pero me hubiese gustado saber. Haberme arriesgado. Pero claro... eso pienso ahora porque ahora conozco el resultado, si te hubiera roto una costilla quizá hubiese pensado que te maté de esa forma. 

Ya no te puedo escribir, no te puedo escuchar, no te puedo esperar. 

No te puedo enseñar algo que me interese tu opinión de tu mente loca. 

Y esto me lleva al título de la entrada... dudas. 

¿Qué pasa cuando te rompen el corazón?

¿Qué pasa cuando se quiebran tus ilusiones?

¿Qué pasa cuando las cosas solo pasan?

Pues nada ! Solo pasan. 

Las cosas terminan, pasan, se rompen. 

Y como dicen en Daredevil... nadie te va a tener lástima y en lugar de pensar en las cosas tristes, tienes que pensar en los "dones" que la vida te da en cambio. 

Hay días que logro ver las cosas con ilusión y vivo con la esperanza de sacarle jugo a mi vida y hacer que valga la pena... ahí me siento como tu. Siento que entiendo el por qué de tus acciones... de tu necesidad por esa intensidad... por darle un sentido, un propósito a seguir vivo. Aunque nada justifica lo de la tal Lizbeth... eso sigo pensando que es solo tu estupidez. 

Pienso que conmigo aprendiste que no todo era esa locura y que también tenía que haber un poco de tranquilidad. Supongo que estabas trabajando en ello. 

Y también eso me molesta, las diez mil preguntas que me hago sobre ti, sobre si el ver a tus amigos en esa carne asada a mi me iba a aguitar o si me terminaría convenciendo más de la gran persona que eres, sobre si habría podido controlar mis celos con las canastas de Hilda, sobre si algún día invitaríamos a Josué a la casa y te fumarías un churro y yo te vería transformarte en una persona que no conozco y si me habría gustado o lastimado. 

¿Qué importan esas preguntas? Es como la de las cosas rotas. Se rompieron mis lentes y pues se rompieron y ya. Derivará en comprar otros y en tener que usar lentes de contacto en este momento. 

Nunca sabré la respuesta pero me quedo con lo que en realidad me diste, me quedo con que no quisiste ir a encontrarte con Emma y mejor me viste a mi. Me quedo con que me contaste lo de Luis y el Atlas y lo de ir con tus amigos el fin de semana a pesar de cómo me puse. Me quedo con que la última noche me dijiste que preferías no hacer las canastas a tener problemas conmigo. Me quedo con que el dinero lo querías para nuestra posada y que querías pagarme los zapatos tu. Me quedo con que me dijiste esa última tarde al llegar a la casa que no te hiciera caso, que amabas nuestra casita y nuestra vida. Me quedo con lo que le dijiste al Raflex en la nota de voz, que te sentías exitoso por la vida que tenías, que te ENCANTABA tumbarte a tomar café y ver tele conmigo. Me quedo con que la última noche lo hicimos muy rico y traías tu anillo y te fijaste en mi detalle de mi dedo que tronó. Me encantaba que te fijaras en los detalles. Me quedo con el "somos dos niños jugando a ser adultos" porque tu eras mi niño. Y me quedo contigo todo chiveado porque te piqué las pompis y te dije que parecías Bob Esponja, me quedo contigo persiguiendo a Puca diciendo miau miau miau como loco y "qué se siente que te chinguen cabrón" Me quedo con que me hiciste mi chuleta y mi pan con crema de cacahuate y mi café... me quedo con tu reflexión sobre Adolfo y lo chido que alguien te hiciera retarte pero que de ti tu pensabas que quizá tu le dabas paz a la gente y que eso también estaba bien. Me quedo con que secaste el baño la última vez y que te burlaste de mi y mi lagaña en el lente de contacto que te conté y te burlaste de mi. Me quedo conque me dijiste que me iba a poner mi traje de cebogany y que me dijiste chicle verde y te corregí que era azul. Me quedo con que me dijiste que te impresionaba pensar que quién sabe qué día podía cambiar nuestra rutina pero que te gustaba mucho. Y que era muy curioso el momento en que la rutina cambia... qué quién sabe cuándo dejaríamos de hacer eso. Me quedo con que te levantaste a correr aunque sé perfectamente que no tenías ganas. Me quedo con que me abrazaste muy bonito mientras caminábamos a correr y me dijiste que "por qué era tan tierna" que hasta pensé "woow... todo el camino que tuvimos que recorrer para que él me viera tierna y no como una psicótica" 

Me quedo con que tu también querías que amaneciera así de frío al siguiente día para hacernos bolita...  y que a los dos nos impresionó mucho la neblina... me quedo con que me seguiste la corriente muchas veces y por ejemplo, no te fuiste ese día que nos enojamos y te arrebaté a puca y me subí al cuarto y cerre la puerta pero se me soltó y pensaste que solo estaba aventando cosas. Pero te quedaste... me quedo con todas las veces que te quedaste como cuando te confesé lo de Jenny y en lugar de enojarte, me abrazaste y me consolaste mientras lloraba. Me quedo con todas las cosas hermosas que hiciste por mi y que aún siento mías. 

Y odio todo y estoy enojada con todos porque no podré volver a ver tu sonrisa ni besar tus labios, ni abrazarte y oler tu pecho. Y eso me duele mucho! Ni siquiera se trata sobre la navidad y lo que quería de ella. Se trata más del lugar en el que estoy ahorita y el lugar en el que me gustaría estar. Se trata de nuestra casa y los planes y los proyectos y tu sonrisa y las películas y el café y tu sonrisa, y la tarde al volver del trabajo y esperarte y tu sonrisa, tus gritos "gan gan gaaaaaan" "ay chi chi chi mon mon mon" y mis gritos de respuesta "mon mon mooooooon" y tus "ay chi chi chi" de verte pasar por el pasillo con la bici y cómo se ve ahora la bici ahí a bajo de la escalera. De cómo todo ahora es más frío y sin magia.

No existe Dios, porque neta que no entiendo cómo nos arrebató eso. Y tu no estas, porque no me dejarías así sin ninguna pista contundente. Todo esto sigue siendo una pesadilla y me voy a despertar y vas a estar a mi lado. Esa parte estúpida, ilusa en mi mente que sigue siendo una niña que cree en Santa, piensa que podrá tener otra oportunidad como en el libro de Charles Dickens, ¿la última canción de navidad?" Creo que se llamaba. 

TE EXTRAÑO UN CHINGO pero eso a NADIE le importa. 

Nadie va a tener lástima por ti, nadie te entiende, ni siquiera quienes parecen vivir lo mismo porque cada quién se cuenta sus propias historias. La tuya y la mía era tan sensible, tan viva día a día, tan intensa, tan conectada... que ahora que no estas... neta que yo tendría que sentirte de alguna forma. Y no solo como el recuerdo que vive en mi, lo que se me quedó pegado de ti, no solo lo que te aprendí que es solo una versión chafa... todo ese rollo del agua y la tierra y el árbol y las hojas y las frutas y las hojas que caen y que todo es un ciclo sin fin, me desagrada. Me hasta molesta y en realidad no importa si me da miedo la muerte porque solo va a llegar. 

No recuerdo nada antes de morir, no recordaré nada al morir. No hay nada y tu no estas porque NO HE RECIBIDO algo de ti, así como tu siempre hacías. Siempre encontraste la forma, SIEMPRE. 

Y pues sí, quizá solo soy una niña malcriada que pide demasiado. Pero prefiero expresarlo que seguir dándomelas de la chava espiritual que se conforma con señales tontas en sueños.

Sabes por qué es tonto creer que los sueños dicen algo? Porque soñe que era una mentira todo esto, que me avisaban que era una especie de plan de Dios, que habíamos pasado de nivel, que volvías y recuerdo mi paz y mi alegría. Eso no quiere decir nada más que mis más grandes deseos. 

Por lo que a mi respecta yo no veo fantasmas al lado de la gente como la tal Tania Keva quién sabe qué. Yo no sé si me depresión antes que murieras era un presentimiento, yo siento que sí pero es lo único que siento conciso porque tanto esos sentimientos raros que tenía como cuando te conocí se sintieron muy parecidos pero hasta ahí. De ahí en más, mi vida parece demasiado tranquila, demasiado normal, y pues cualquier día me muero y sé que es triste que me alcance pensando de esta forma. 

Pero supongo que así hablamos las personas rotas, y me vale la historia de Cynthia la compañera de trabajo de mamá que al final de cuentas, se encontró con más tragedias. Porque yo soy yo así como ella es ella. Así como Lady no se alcanzó a casar y mi primo Ricky si y hasta tiene hijos. Así como yo me casé y solo pude vivir maravillosos 6 meses a tu lado. Así que ya sea que me muera mañana o pasado o cuando Dios quiera, hoy yo me siento rota y decepcionada y enojada y harta. 

Yo hoy no encuentro ilusiones, no te encuentro, no veo señales y no creo en nada. 


No hay comentarios: