martes, 7 de abril de 2020

No sabíamos cómo se iba a poner el mundo.
(Así suena más dramático)
Hace un mes, lo hacíamos como locos día tras día.
La primer semana fue un récord. Quizá yo lancé el mal augurio diciendo que íbamos muy bien.
Las fotos de hace dos meses, no parecen de hace dos meses. No los siento cómo de hace dos meses.
Las reconozco de hace dos meses hasta ahorita que pongo una de perfil y me doy cuenta que "ya es vieja" en realidad... en este mundo global... vanguardista y cambiante.

Pero me gusta así, la velocidad de los hechos. No me permiten detenerme a pensar demasiado en nada.
Y esta bien.
Se trata de actuar.
Tu vida son tus hechos, no tus pensamientos.

Aunque supongo que algún día, el paso del tiempo me cairá pesado... cuando vengan las arrugas y el cansancio en el cuerpo.
Me encanta la palabra rendimiento.

Rendimiento 

Ah, fresca como una limonada en pleno calor. Por el momento, puedo darme el lujo de no ofenderme tanto con el tiempo.

Me he visto tan poco al espejo, que a veces, cuando lo hago. No me reconozco.
La Gaby que siento aquí dentro de mi, por primera vez en mi vida, es ajena a mi aspecto externo.
¿Será por ti?
O será por mi...
Será que finalmente he decidido aceptarme.
Será que ya no pienso demasiado en mis hábitos, la mayoría clasificados como "sanos"
Pero que ya me salen en automático.
Será que eso combinado con tu aparición en mi vida.
Tu divina presencia que me hace ser adicta a sentir.
Y es lo único que pienso... lo único en lo que me concentro.
En sentir.
Y sentir de todas las formas.

Y siento...
Siento tanto.
Y es para bien (la mayoría de las veces)
Siento a los árboles, al viento y admiro el sol con sus colores.
Siento tus manos sin que me toques.
Me gusta cuando pasas tu barba por mi cuello, siento cómo me convierto en agua.
Me siento viva y parte de la naturaleza.
De forma tan sencilla, me haces volver a la madre tierra.
Sin embargo... lo que más anhelo casi siempre... es sentir tu mirada.

Tienes una forma tan peculiar de mirar... a veces me mata tu mirada (cuando no me dice nada)
Pero tantas veces, me haz sabido tocar con ella. Me desbaratas, me das vueltas, me elevas con ella y al mismo tiempo me calmas.


Esto de leer a hecho que recupere mi poesía.

Benditas letras y bendito tu, que me hiciste recordarlas.

Te amo Ismael.

No hay comentarios: