sábado, 31 de marzo de 2012

Dímelo...

No es difícil esconderse... y no es difícil tener miedo.
Mueres en silencio mientras finges estar bien... pero después de un rato tus oídos se acostumbran al silencio y no escuchan... aunque la gente este a tu alrededor... aunque tu propia mente este gritando desenfrenadamente... y después "¿Qué esta pasando?" ¿Quién te salva? ¿Cómo sales de ahí?

Ya tenía un rato sin querer cambiar las cosas... aunque sin darme cuenta ya estaba cambiando...pero creo que mi corazón nuevamente ya pide algo nuevo, hay muchas cosas con las que sueño y muchas otras son las que deseo... cumplir con mis obligaciones ya no es tan difícil, quitarme la hueva no lo fue tampoco y en este lapso vacacional espero cambiar muchas cosas, marcar una diferencia... lo bueno de querer cambiar es que por lo menos ya tienes algo seguro: sabes que algo no te gusta.

Solo sigue saltar sobre él y salir adelante... "seguir caminando para decifrar que sigue... porque ya no hay vuelta atrás"

Pero me sigo sintiendo sola... juego a la independiente pero la verdad es que....

Existen miradas que realmente no me dicen nada, pero me dan un poco de vida en los pasillos al pasar....
Hay otros que tocan la puerta y que siento que no debo de abrir... pero logran ponerme de buen humor cuando el día se torna más gris que nunca y me hacen dudar frente al cerrojo. "Abro o no abro"
Hay otros que al hablar me hacen sentirme fuera de éste: mi tan aburrido mundo actual y despierto... Mientras que otros... (en realidad solo uno) me despierta con hablar, me habla al mirar y me devuelve a la vida al abrazar, pero para variar es demasiado tímido para confirmar mis sospechas.

Así que mi mente dice que deje que todos se vayan... que se hagan bolas entre ellos, que se besen, que se amen si así lo quieren... yo hago mi malabar apartada del mundo ¿Por qué? Porque a veces solo es necesario distanciarse... porque a veces solo quiero estar yo y mis letras, yo y mi baile, yo... mando cartas al infinito... cartas que expresan mi mirar, esperando que alguien las lea, al final todo es un grito que pide ayuda... un grito con un pase automático a mis puertas abiertas... sin tener que tocar, sin tener que mirar, sin tener que hablar, sin tenerme que abrazar... tan solo despertarme... tan solo hacer ruido, tan solo librar mi mente...

Sigo gritando... seguire gritando... y que Diosito me ayude.




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