martes, 26 de diciembre de 2023

Carta navideña a mon

 Es difícil explicar cómo me siento mi amor. 

Es un tipo de soledad que todo el tiempo me acompaña, no se va. Aunque este acompañada, abrazada, rodeada...

Me falta el brillo de tu sonrisa. 

Me falta tu emoción cuando empezaba una canción de reggateon y que me jales a bailar contigo. Un bellaqueo romántico... "candela" dirían ahora los reggatoneros, janguear contigo y olvidarme del mundo, perder la cabeza.

Me falta la intensidad con la que me mirabas... me veías y se te salían las sonrisas, te veías tan realmente feliz de estar conmigo que me hacías tener fe en el mundo, en la vida. Ya nada me podría sorprender, ya nada podría necesitar más que el estar contigo. En tus ojos me sentía segura, protegida. A pesar de toda la locura que desprendías... a tu lado sabía que todo saldría bien.

En tu mirada, en tus brazos, sentía toda nuestra historia sobre nosotros, envolviéndonos, cuidándonos, sosteniéndonos. Era algo tuyo y mío y mientras nosotros existiéramos y estuviésemos juntos no importaría si cerraban un lugar, si algo se rompía o si las cosas cambiaban... porque todo solo sumaba a nuestro cuento. No importaba que nos fuéramos de los lugares, pues los lugares se quedaban con nosotros, en nosotros. 

Nada era lo suficientemente difícil para ti, solo se necesitaba tener disposición y ganas y tu siempre me convencías de no ser tan agua fiestas. Te recuerdo sonriéndome y animándome, diciéndome que no fuera floja, que a poco no tenía ganas, que a poco no me imaginaba: "Imagina lo chido que se va a ver/que te vas a sentir/que la vamos a pasar"

Toda locura, me jalabas contigo: el (los) motel, los hot cakes y la nieve de mota, los raspados para mi papá, las canciones con tus amigos, la fiesta de halloween, ir a grabar la canción a un estudio, la ida al hotel francés del centro... la venta de buñuelos y nada más porque ya no nos alcanzó el tiempo pero seguro hubiésemos terminado vendiendo cempasúchil y noche buenas. 

Simplemente nos convencías a todos. Nos llenabas de certezas para continuar. 

Te fuiste y es como si tuviera que empezar de nuevo, como si toda esa información que yo sentía tan mía, todo ese conjunto de certezas, todas mis seguridades y convicciones se rompieran y perdieran vigencia. Mi cabeza y corazón no lo entienden del todo todavía... mi instinto natural al ver los moteles en el centro es decirte que si te acuerdas, es querer ir a caminar a la unidad de san agus y preguntarte si te acuerdas cuando entrenabas parkour que yo te esperaba sentada cuando recién volví de Francia.

Siento que tu sentías cuando volví de Europa que tenías que llenarme el vacío de volver y yo no me dí de cuenta hasta ahora que ha pasado el tiempo y nos recuerdo y te recuerdo... tus actitudes y tus decisiones. Me da risa amarga pues mis vacíos se llenaron cuando volví de allá y estuve contigo. Tu llenabas todo. Dejaban de existir. Eras mi loco, tenías justo lo necesario para poder exprimir los jugos de mi vida, de mis caprichos... de mis ganas, de mis antojos. 

Se dice fácil el avanzar... pero todos los días caen de a poco los recuerdos, a veces más y a veces menos. Hasta que no puedo más y tu sonrisa se me repite en la cabeza y me faltas, me faltas profundamente y en el viento, en punto sur... en la insurgente, en el mega, cuando veo el costco, cuando veo la gourmetería, los cocos locos de lopez mateos sur, las outlet... siento una promesa dicha y el hueco de que nunca se cumplirá. 

Siento la adrenalina que me generabas y me emociono pero entonces de golpe se bloquea y llega el bajón. 

Amo a Luis mon pero algo me falta. No sé si el problema soy yo que no quiero soltar. Yo sé que tu no fuiste perfecto desde un principio. Yo sé que también me hiciste enojar un chingo, que me decepcionaste, que me sacaste de quicio, que te corté 3 veces. Pero cada que volvíamos era porque sentía que no podía pretender vivir en un mundo en el que tu existieras y no estar contigo. 

Quizá esa idea es la única que me sostiene. Que tu no estas. Porque si tu estuvieras no podría vivir sin ti. 

Además, cada que volvíamos tu cambiabas, madurabas un chingo. 

Siento que nadie me va a entender. Solo tu familia y tus amigos. Tu no eras una persona normal, tu vibra no se sentía normal. Tenías un brillo especial y quizá mi error fue creer que tenía la fortuna de que fuera mía cuando en realidad nunca me perteneció. 

Cuando te moriste yo sabía que no era una muerte normal porque mon incluso dos años después de tu muerte, yo siento que estas aquí, que tienes algo preparado para mi. Que pronto te voy a ver como cuando me iba a Mazamitla y a la playa con mis papás, como cuando me fui a Francia que me seguías mandando mensajes y tu iluminabas los lugares aunque no estuvieras físicamente ahí conmigo. 

Así te siento y quizá por ahí es, quizá eso es lo que quieres que sienta. Quizá solo me estoy volviendo loca y es lo que hago para sostenerme... para lograr continuar. 

Siento adrenalina mon como si algo fuera a pasar. 

Siento pasión cuando oigo nuestras canciones, cuando oigo a Maluma, a Nicky Jam, a Yandel, Justin Quiles, J Alvarez, Arcangel, Romeo, Manuel Turizo, Piso 21 y Ozuna. Ya sabes... toda nuestra historia en la pura explosión del reggateon. Pensar que no volveré a sentir esa complicidad de nuestras locuras vividas, nuestras promesas. Ya no existen. Bueno existen, existen en mi pero hace dos años te lo dije y te lo repito... conmigo no basta mon. 

Conmigo no basta y ¿sabes qué? Sé que estas ahí maldito. Sé que estas ahí, sé que me ves, sé que me escuchas y sé que tratas de hablarme y que no te he dejado. 

Perdóname mon, perdóname. Es que la verdad no sé qué hacer. Solo trato de avanzar, trato de darle su lugar a Luis... tu lo hiciste con María. ¿Por qué a mi no me sale como a ti?

Quizá tendría que irme de aquí, dejar nuestra casa y San Agustín. Me caga decirle "mi casa", era "NUESTRA"

Odio pasear por San Agus y sentirlo mío, sentir seguridad pero en realidad cuando necesito algo, no tengo idea de dónde encontrarlo. Odio querer decir "de aquí es mi esposo" "mi esposo y yo" Odio sentir esas ideas como lejanas y solo recordarnos, viéndonos como a dos niños emocionados brincando y haciendo locuras en forma difuminada como en las películas.

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