domingo, 28 de abril de 2024

 ¿Qué es lo que al final queda de aprendizaje?

Ante todo: nunca soltarse. Nunca dudar de ti. Si tu no te cuidas: nadie lo hará. 

Los flujos y ritmos naturales que tanto me llaman. A eso me invita el mar. 

A olvidarme de los protocolos y estructuras de los humanos y creer en mi intuición. 

En mi ritmo de mujer, en mi ritmo de naturaleza. 

Mujer naturaleza. 

Me siento triste, voy brincando de duelo en duelo. Supongo que de eso se trata la vida.

En un momento estas ante un paraíso inmenso, hermoso y exótico y de pronto no tienes control de tu persona, de tu cuerpo, tiempo y espacio. 

En un momento hablas con tu familia por llamadas y mensajes y en muy poco crees que puede ser la última vez que les hables. 

Gracias a Dios de pronto estas en casa de ellos, viendo películas y dejando pasar el tiempo. 

¿Fue a caso un error pretender que podía explorar el mundo yo sola?

Sé que el mundo esta como esta, no lo ignoro ni soy indiferente. 

Pero tampoco creo que se trate de vivir con miedo. 

Muchas cosas me gustaron de mi misma en este viaje. En mi organización... incluso mi capacidad de darme cuenta que algo no andaba bien... de sentirme insegura, de sentirme vigilada. Sé que por algo Dios hace las cosas. Nunca me ha dejado sola y mi vida esta en sus manos. 

Me duele lo de Ivan también... ¿por qué lo negaría? prefiero ser honesta conmigo misma con mis sentimientos. Quizá me hice ilusiones a lo pendejo ¿y qué? Tengo la capacidad de sentir, soy humana. 

Mil veces me van a lastimar y mil veces saldré adelante. 

Poner un negocio... no dejo de dar vueltas a ideas. Me urge poner un negocio. 

Una vez definido lo que uno quiere, solo es cuestión de ser persistente. 


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