martes, 17 de noviembre de 2020

 

¿Y si somos todo?

Y si somos todo y nada al mismo tiempo, 

Como hojas de los árboles que se mueven.

Siempre encontré sola mis propias respuestas. 

Mariposas. 

Bueno, sola no, Dios estaba conmigo.

Yo sé que me escuchaba siempre desde mi cuarto, entre mis libretas, mis canciones y mis escritos. 

Cultivando a este ser que llevo dentro con ilusión de saber lo que haría de mi vida, algo mágico al salir de aquí.

Nunca supe qué, es como el camino izquierdo de Liberté. Lleno de árboles frondosos que me dicen "ven" yo corriendo hasta escuchar el agua. Silencio y soledad y sin tener miedo.

Nunca supe qué pero sería mágico y la clave esta en no temer. No temo si voy de su mano. Me guía y hará algo increíble con mi vida. 

Veo el atardecer y las aves, veo el agua tranquila y me siento parte de todo. Veo una bailarina de ballet, descalza que le baila al tiempo y a la vida. Quizá sea el cielo o quizá es de dónde vengo. Jamás imaginé más allá... no hacía falta.

Liberté era inmenso e infinito, se veía el agua hasta donde no se podía ver y el bosque se escuchaba fuerte y frío, fresco y enorme. Yo tan pequeñita y a mi me daba paz solo escuchar el agua... quizá estoy de vuelta otra vez. Quizá me atreva a ir a la derecha. 

¿Y si no me gusta lo que encuentre ahi?

Solo me le quedo viendo, todo sigue igual y estos árboles no me dicen "ven" me dicen "estas lista?" La verdad no lo sé. Mejor me acostaré en el pasto y terminaré de ver el atardecer. Sentirme agua, que me lleva y me hace parte de ella. Es todo lo que quiero. 

Dios me lleva y soy infinita.

Cielo, plantas, aves y casi obscuridad. Nada existe y todo existe. Estoy de vuelta y se siente tan raro. 

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