domingo, 6 de mayo de 2018

Me siento por un momento, a disfrutar la vista de Francia.
Y a escribir. Siempre a escribir.
Los últimos momentos de luz de este precioso día.
El olor es nuevo para mí, nunca había percibido un olor como este.
Son flores, son pinos y es brisa marina.
Hoy no hay ruido porque es domingo, casi no pasan carros.
Casi no hay carros en esta ciudad.
Así que puedo escuchar el aleteo de las aves, puedo escuchar a las palomas y como todos juntos se despiden del día.
Qué preciosa es esta vista.

Estos edificios... estas casas tan antigüas... tan pesadas... girando junto conmigo, al mísmo tiempo... en cada momento de mi vida. Estoy enamorada de estas casas... de este vecindario y de esta tranquilidad... no es algo que me gustaría tener 24/7 en mi vida... pero al menos una vez al mes no estaría mal.

No me había tomado un momento como este... para descansar, para ver... para no pensar.
Ojalá viajar fuera no preocuparse por nada...
En realidad creo que esa idea esta muy equivocada.
Viajar es estar al pendiente constantemente...
Que si el horario del bus, que si correr... que si se te va o pierdes el vuelo....
Que no dejes ningún ticket, que no se te olvide ninguna tarjeta en alguna tienda.
Que si te da frío, que si te da calor... que si debiste traer sweater o que para qué lo trajiste, que si te trajiste la bolsa mal porque andas muy cargada... que si no la traes que no sabes cómo mover todas tus cosas....

Y aquí estoy al fín... viendo los tejados, los árboles... el cielo.
Silencio.
Me destruyo.
Me construyo.
Me alimento.
Evoluciono.
Y aunque fijo un camino... alrededor hay cosas tan preciosas... sería un error no disfrutarlas.
Poesía sin guión.
Poesía sin prosa ni abstracción.
Poesía como el sabor de una fruta.
Así... natural... sin combinar... sin mezclar.
Sabor instintivo... que se ve... que se siente... que se huele.
Estar vivo.

domingo, 29 de abril de 2018

Y aquí estamos... veinte días después.
Máldito tiempo, deja de pasar tan rápido.
Hago esto porque papá me lo pidió y siendo el hombre más importante de mi vida no puedo negar su petición.

El problema es que no he querido escribir mucho porque no tengo ganas de pensar.
La verdad es que no me hace mucho bien.
Explicaré por qué:

¿Sobre qué puedo escribir o reflexionar?
¿En qué debería profundizar?
Más que de los lugares, las personas, el clima, la música o el idioma.
Creo que de lo que más se ha tratado este viaje para mí, ha sido de conocerme.
De mí... siendo estricta, aprensiva y vale madrísta, déjandome llevar para al final: querer dar amor en cada esquina.
Somos personas y así como el tiempo pasa, las cosas pasan y de poco a poco evolucionan sin que nos demos cuenta.
Estoy viviendo un momento que atesoré y que al mísmo tiempo nunca esperé durante mucho tiempo.
Lo deseaba, más nunca me dí la oportunidad de creerlo, por temor a las expectativas y a la posible decepción.
De pronto, estas viviendo un momento que así como llega: se va.
Pisas, ves, hueles y escuchas un lugar y en unas cuántas horas BUM, lo dejas atrás.
Dicen los grandes que así es la vida.
Este momento es algo y mañana, cuándo vuelves a ver los videos y las fotos... ya se sienten diferente.
Se pintan de melancolía.
Así que prefiero ni siquiera darle tantas vueltas y realmente vivir los momentos cómo vienen, cómo son.
A veces es mejor ver la vida así.

Disfrutar de lo que huele, disfrutar del frío, ver por la ventana y ver la iglesia, pisar el piso de madera.
Saludar a un amigo del otro lado del planeta y abrazarlo sin preocuparme demasiado porque es posible que en un mes ya no sepa cuándo lo volveré a ver.
Reír, bailar y cantar.
Ver la lluvia, huir de la lluvia, hartarme de la lluvia... porque así cuando vuelva disfrutaré (al menos por dos días antes de que lo vuelva a odiar) al sol. Para después... algún día volver a extrañar la lluvia.

Solo he podido estar en Paris en dos ocasiones.
La dinámica de caminarla y sentir su inmensidad, de perderte, seguir el google maps, ver sus luces y colores... solo se puede vivir al 100% cuando la recorres con alguien.
Es una ciudad de amor, de alegría y de brillo pero en mi opinión y si algo he aprendido de este viaje... es que todo brilla dos veces más cuando lo compartes con alguien.
No estoy diciendo que no es padre caminarla sola o disfrutarla por cuenta propia solo digo... que los lugares se hacen más especiales en grupo.





lunes, 9 de abril de 2018

Bueno... lo voy a escribir y espero que al escribirlo no suene tan patético cómo hasta cierto punto admito que lo veo en mi mente.

Hoy me pasó algo bonito.
Estaba muy cansada...
Cansada por dormirme a las tres de la mañana y despertarme a las siete (no estoy acostumbrada a ese ritmo).
Cansada de una clase que no me da la mínima gana pero en la que me esta yendo mal y no tengo de otra, la tengo que pasar.
Cansada de un exámen para el que no había estudiado porque ni me había enterado que había exámen.
Cansada de ser tan distraída y estar improvisando cómo solucionar mi vida todo el tiempo.
Cansada de cómo me siento físicamente... mis rollos mentales de toda la vida.
Pero... entré en resignación, pienso yo.

Y esa resignación no me dió tiempo de máscaras.  Así que cuando me invitarón a comer en grupo, no sonreí de más ni saqué pláticas de esas que saco a veces, que aunque amables, la mayoría del tiempo me parecen estúpidas. Y cuando sin dar esfuerzos, logras sentirte un poquito bien con las personas... bueno se siente bonito. Que te regalen pláticas sinceras y por un momento olvidarme de quién soy, de cómo se ve mi cara, si luzco estúpida o no y solo reír. Sentí bonito.

De todas formas las escuelas y mi presentación pública a veces me saca mucha enegría.
Me siento agotada.
Me reconforta ver a Annalisse Keating y verla salir de sus pedos sola a su distintiva manera.
Así me gustaría ser a mi.
¿Osvaldo ya habrá cortado con Dayeri?
No sé por qué me acordé de ellos y tampoco sé por qué ando metiendo mi nariz en dónde no me llaman.

A dormir.

sábado, 17 de marzo de 2018

Click aquí para ESCUCHAR una canción MIENTRAS SE LEE

Me gusta mucho pensar en mis primeros días aquí.
Me gusta acordarme cuando iba en el avión, llena de incertidumbre y debo admitir que más miedo que emoción.
Mis primeros momentos oficialmente sola.
Mis primeros momentos de mi vida actual en la que si yo me distraígo, oficialmente me meto en verdaderos problemas.
Más allá del shock cultural, podría decirse que era un shock personal y familiar.


En el aeropuerto todo era alegría, me encanta pasar entre personas con maletas y sentirme parte del ir y venir, como que cada anuncio, cada tienda que hay en el aeropuerto, cada detalle, te dice que esta aventura a penas empieza.
Pero seguía siendo yo, cargando con miles de fantasmas dentro de mi... seguro si pudieran pesarse, excedían los 23 kilos que tenía permitido en mi maleta a documentar.




Hago una distinción entre ese momento y este, a dos meses y 13 días de haber venido porque al pasar del tiempo, me he comprometido conmigo mísma a salir de mi zona de confort y lanzarme sin pensar, a experimentar cosas nuevas y atreverme a conocer y dejar que me conozcan más allá de mis expectativas. Eso a implicado, por supuesto, soltar aquellos nudos que me dan seguridad usualmente... aquellas salidas de emergencia que tengo establecidas.

De pronto estoy con esos dilemas otra vez en lo que no sé hasta dónde puedo compartir con una persona cosas verdaderamente íntimas y dejar que me conozcan... Porque... he aprendido que aunque en ocasiones me siento incómoda de principio, después establezco relaciones increibles con las personas, que mi Gaby el 3 de enero jamás hubiera imaginado.

Entonces vuelvo al pasado y me recuerdo caminando de la estación del trén, con la maleta intentando encontrar el hotel, y al encontrarlo, dejando mis cositas.







Tan pocas cosas que me traje de mi vida en México para comenzar una nueva. Recuerdo la soledad de no tener internet para mandar mensajes a mi familia, la soledad de ni siquiera poder ver Netflix para no sentirme tan asustada. El saberme sola en el otro continente, en un cuarto que se sentía de cristal, con una tele que hablaba en puro francés y mil cosas locas sucediendo a fuera ajenas a la revolución que tenía dentro de mí.


Me gusta pensar en esa Gaby que sé que no esperaba nada de mí, ahora en el futuro. Esa Gaby que  solo venía dispuesta a vivir lo que fuese que viniera, porque la vida en México ya no me estaba diciendo nada nuevo. Cuando tengo miedo, cuando estoy cansada, cuando ya no sé ni qué pedo jajaja, recuerdo a esa Gaby y me vuelvo a llenar de entusiasmo, valentía y motivación.





No sé si estoy contenta con lo que he logrado hasta el momento, quiero decir... si siento que he aprovechado cómo debería estos dos meses... Porque la verdad es que a pesar de que fuí educada así... no he puesto nada de metas de aquí. No tengo expectativas, solo me levanto cada día y doy y pongo y actúo, descubro qué me gusta, qué no me gusta, aprendo, cambio y crezco.

Hasta el momento puedo decir TODO lo siguiente, y espero la vida me de el tiempo suficiente para después hablar de cada una a detalle:

* Ví nevar por primera vez en vida real en mi vida.
* Ví cómo los europeos juegan con la nieve entre ellos (jamás me hubiera imaginado juegos tan creativos).
* Estuve hospedada por tres noches en un hotel familiar francés con 140 años de historia.
*Aprendí a moverme en metro y bus.
*Aprendí a buscar hostales, aviones, trenes y buses en diferentes países por internet (es un arte la verdad)
* He probado fácil 10 diferentes tipos de vino.
* Por fín le agarré gusto a la cerveza (sobre todo a la bélga ji ji)
* Estuve en París, vi la torre Eiffel, Notre Dame y Louvre (por fuera, todavía me falta el día entero dentro).
* He estado en
un féstival de la cerveza en Brujas.

* Descubrí que en República Checa, las personas que atienden en las tiendas, te tratan como incompetente si no sabes cómo funciona el sistema compra-venta y si no te haz decidido por lo que quieres.
* He bailado música que jamás habría imaginado que existía (partícularmente los franceces, disfrutan de solo saltar sin parar con canciones que parecen un himno a la bandera y hacer ruidos con la boca como en un partido de futbol en México "ooooohhhhhhhh oooooooohhhh" "aaaaaaah aaaah aaaaah" jaja)

* He conocido a personas increíbles, más allá de sus culturas, gente verdaderamente amable, compartida, educada y respetuosa.
* También he conocido gente muy sangrona (bueno... eso siempre va a existir no?) pero he aprendido a que no necesitas complicarte la vida, es tan simple como evitarlas siendo amable y educado al mísmo tiempo y listo.
* He aprendido a adaptarme, a compartir espacios con otras personas, ser ordenada, crear acuerdos, ceder, respetar y ser educado.
* He adquirido (aunque pareciera algo imposible) buenos hábitos de limpieza.
* He probado el emmental, camembert, el roquefort, el brie, el blanco y el cancoillotte (quesos).
* He descubierto las galletas y el paté Speculoos (lo mejor en la vida).
* He comido todo el chocolate que no había comido en dos años.
* Descubrí que existe el té de cajeta y --> el de miel con rooibos y plátano <-- (sí, esos tres ingredientes FUSIONADOS, ¡es posible!

Click aquí para ESCUCHAR una canción MIENTRAS SE LEE en caso de que se haya terminado ya la otra.

* He probado el Escargot, comida del Sur de Korea y de la india, postres portugueses y una receta chilena.
* He aprendido que las papás "a la francesa" en realidad son bélgas y tras probarlas... lamento decepcionar pero saben exactamente igual, la única diferencia es la variedad de Salsas.
* He estado en 7 países diferentes además de Francia.
* He visto un ratón correr directamente desde la calle hasta la cocina de la famosa Panadería/Boulangerie PAUL sin que NADIE del personal se percatara de ello... (no he vuelto a esa sucursal jaja).
  * He comido las famosas Galette des rois y Tarte au citron (ésta última yo mísma la preparé en un curso de cocina)
* He estado en 2 playas francesas.


* He bailado con un cubano, un árabe y dos franceces.
* He aprendido más de mi propia cultura. (Identificar qué postres son verdaderamente recetas mexicanas y cuáles son adaptaciones de otras recetas pero con un ingrediente distintivo único de mi país).


* He aprendido a amar todavía más a mi país.
* He estado en los países más fríos de Europa en la semana más fría desde hace 7 años (según periódicos europeos) - Del 23 de febrero al 04 de marzo -.
* He probado el tequila más asqueroso de mi vida.
* He probado un paté (a los franceces les encaaaantan los patés) de huevos de pescado y de pato.
* Me torcí el tobillo y recibí los servicios de pompiers (los bomberos), me subí a una ambulancia, y fuí atendida por estudiantes de medicina en un hospital público francés. Jeje

Y bueno... ahora que lo escribo y ahora que lo leo y lo veo, realmente he echo muchas muchas cosas. Creo que no me puedo quejar... y no voy ni a la mitad. Eso nos deja con la pregunta ¿qué nos espera? Lo que sea que venga, estaré muy agradecida con la vida por cada oportunidad que me da, con mis papás y el gran esfuerzo que han echo por darme este inmenso regalo que me ha cambiado la vida.

Sé que me falta abrirme todavía mucho más.
Lo sé, lo siento... esta en cada átomo en mi queriendo saltar... a veces siento que todavía me limito en muchos sentidos, con preocupaciones innecesarias, con aferrarme a cosas sin sentido...

Sea lo que sea tengo que hacer que se derrita, necesito poder sacarlo, para saltar al vacío.

Estoy feliz, estoy emocionada, estoy viva y contenta.




martes, 13 de marzo de 2018



Qué preciosa es la vida.
Qué preciosos los momentos.
Qué increíbles las personas.
El arte de escuchar, el arte de conocer.
Distintos ojos y miradas.
¡Hola gran nuevo universo! Un gusto coencidir contigo.

Yo no sé si soy el mar.
Si soy movimiento o soy calma.
Obscuridad, luz, sanación o destrucción.
Sé que soy profundidad, melancolía, auto-motivación y auto-inspiración.
De ellas me alimento...
Me siento más un árbol que se mueve a merced del viento, que observa la gente pasar y a veces desearía moverse de lugar...
Luego a veces me siento un ave que esta aquí y allá, que no pertenece a ningún lugar... que observa todo desde lejos y se acerca solo por un momento solo para alejarse de nuevo al llegar el cambio de temporada...

Imagen de hands, blue, and darkLo que sea... me sabe a libertad.
Me gusta cerrar los ojos y flotar (2:53).
Soltar todo, soltar a todos.
Soltarme a mi.
Soltarme sobre todo cuando soy mi mayor peso.
Y entonces soy lo que quiera.
Soy luz, soy agua, soy viento, soy fuego (bueno... casi nunca soy fuego).
Soy polvo de estrellas que flota en el viento (5:08)



viernes, 26 de enero de 2018

Tenemos un corazón enorme.
Y todo cabe sabiéndolo acomodar.
Si me preguntas... prefiero la soledad, me hace sentir mil veces más segura y lo que sea que pase, sea bueno o malo es mi responsabilidad y soy feliz con ello.
Así que... trato de reconfortarme a mí mísma diciéndome que al menos he superado la prueba de salir de mi zona de confort.
Aquí estoy... abierta y tratando de estar más dispuesta a hacer planes con los demás.

Pero quién sabe... quizá una combinación entre mi solitaria yo y mi amigable yo, sea una buena idea.

jueves, 11 de enero de 2018

Viajar ligeros.

Quizá sean las palabras clave para lograr vivir la vida.

Desde que empece este viaje, vine con mil cosas encima de mi.
Miles de miedos, inseguridades... dudas.
Cosas clavadas en mi mente y en mi corazón.
Y hoy por primera vez, recuerdo que la vida se trata de eso, de viajar ligeros.

De soltar todo, de abrir los brazos, de soñar, de compartir.
Vienes y buscas que la comida sea parecida a la de casa.
Sales de fiesta y quieres que te pongan las mísmas canciones que escuchas en las reuniones a las que acostumbras ir.
Sin darte cuenta... que si estas aquí es para descubrir todo aquello que existe además de lo que conoces.
No para juzgar, no para dividir y no para sectorizar ni clasificar.
Simplemente para diversificar y valorar aún más las cosas con las que creciste, siendo objetivo.

Han habido días en los que lo único que quiero es ese momento en el que estoy saliendo de la puerta del aeropuerto, lista para volver a casa y lista para volver a lo que siempre hago. Porque extraño a mi familia, porque extraño a mi novio, porque extraño a mi cuarto, a mi clima....

Y sin embargo hoy me doy cuenta de lo tonta que he sido... porque todo esto es una aventura. Porque hay arquitectura, porque hay urbanización, porque hay cultura, porque hay idioma... toda una combinación de cosas diferentes que valen la pena vivir.

Ya no quiero quedarme sola y asustada encerrada en el cuarto, cuando a fuera tengo todo un mundo que descubrir.

Quizá este viaje me sirva no solo para lo que ya todos saben que pasa en un intercambio, sobre la independencia y bla bla bla. Si no... para realmente aprender a dar de mi, reintegrarme, compartir... planear... ceder. Dejar atrás todas las restricciones mentales que me pongo.

Disfrutar la vida con otros sabores, con otras vistas, con otras sensaciones térmicas... con un poco de suerte y si Dios nos lo permite, volveremos a casa, nuestro cuarto estará ahí, nuestra música estará ahí, nuestra cultura y nuestro idioma. Nuestros familiares y amigos más cercanos estarán esperándonos para escucharnos aún más de lo que ya les hayamos podido contar.

Y sin embargo... ya no seremos los mísmos.
Seremos esa persona en la que no nos hemos convertido, esa persona increible que es valiente, que sale adelante, que logra ser feliz, que aprende, que reflexiona, que se adapta y valora.
Esa nueva persona que nos grita que no hay porque temer, que no debemos estar asustados. Que grandes cosas nos esperan.

Que nadie te diga lo que eres.
Que nadie te diga lo que te conviene más, lo que no vale la pena.
Eso, en tu vida, solo lo decides tu.