sábado, 9 de enero de 2021

 Me he dado cuenta, que me gustan detalles tan bobos como una crema de manos. Su olor y cómo me puede hacer sentir delicada, limpia y más tranquila.

Me regalé una canción, un momento de calma.

Y dejo de existir. 

Floto en la habitación y me transformo en polvo de estrella. 

¡Puedo volar! 

Ya no necesito ver el suelo. Desde aquí, solo el cielo me asombra.

Dios me acompaña, a cada paso. 

Me tropiezo pero me espera.

Siempre me espera. 

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