martes, 11 de octubre de 2016

Frente a mí unos chavos tocan guitarra y aplauden.
Hoy tuve otro arranque, arranque de esos de identidad combinada con efusividad...
Me siento tan yo cuando soy así.
Es solo que a veces me odio.
Supongo que todos lo hacemos en algunas ocasiones.

Lo cierto es que lo necesitaba... me hizo establecer algunos horizontes. 
Pienso que todos caminamos con nuestra historia.
Y simplemente hay cosas que nos transforman... 
¿Qué hay más bello que sentir una inmensa confusión y entre tanto alboroto... recibir un "te quiero"?
Y esa es la cuestión...
Es el problema del amor.
Que cada uno caminamos con nuestra historia y podemos amar las de otros...
Pero pienso y esa es claramente mi más humilde opinión... que no sabemos sólo amar... porque nos dejamos llevar por eso que existe entre relaciones humanas y es el poder. 

No estoy diciendo que lo busquemos, que lo deseemos... solo digo que existe.
El influir en alguien.
Y "se necesita de un sometido para que exista un sometedor"
No estoy diciendo que el poder implique someter aunque evidentemente ya se ha discutido en el pasado por autores que han hecho investigación sobre el tema del poder. 
Lo que intento extraer es la idea de la frase...

Buscamos sentir que influimos en los otros de alguna manera, nos da cierta importancia.
Influir en la mayoría de las ocasiones implica cambio.
El cambio es notorio para las grandes masas ante situaciones extremas y eventos extraordinarios.
Entonces si notas que alguien cambia y si percibes que lo hace por ti... será muy probablemente ante acciones importantes de la otra persona.
Y de no existir, buscaras encontrarlas.
Quienes buscan el poder... quizá en las relaciones lo harán de poco a poco... 
Buscarán que se note.
Pero volvemos... para que haya un sometedor se necesita un sometido.
¿Quién es el sometido aquí?
¿El que decide que le parece convincente un discurso tuyo? 
¿Alguien que AMA tu historia?

Ese es el problema.
Puedes amar historias ¡las que quieras!
Pero no puedes buscar influir en todas, porque eso no te toca.
Le llames poder o no. Como quieras llamarle.
Qué bonito las historias en las que realmente influyes, ayudas, contribuyes a mejorar.
Pero eso irónicamente sigue siendo independiente a ti. 
Porque no existe el cambio (ni bueno ni malo) sin que la persona lo decida, sin que primero lo realice.
Así que aunque hayas influido, el logro es suyo y más que sentirte importante, más que recibir una especie de "halago" de "yo lo cambié"... deberás en dado caso amar más a la persona...
Decir "wow!! que increible persona es, mira lo que ha logrado"

Son cosas diferentes. 
Pero claro que por supuesto que se puede y se da la confusión
Y cuando conoces a personas que te quieren y no tienen esa búsqueda de poder en ti...
Se siente... rebota, flota.
Sale a la luz... y te llama... porque es sano... porque es bello. 
Y es eso lo que quiero.

No hay comentarios: