Porque me recuerdas que la magia existe.

Me gusta escribir poemas 

Ya te lo he dicho.

Espero no te parezcan una cursilería y sé que dirás que no te gusta que diga eso como cuando te digo que no quiero empalagarte.

Pero pues ¿qué te digo?

Me da pena jiji

¿Me das permiso de convertirte en un poema?

Imaginate siendo un poema.

En un poema te puedo capturar.

Como en una foto, te puedo secuestrar.

Y no, no para hacer las cosas que dice Maluma.

Jaja no porque no me guste lo que dice Maluma... pero a veces eso me parece frío ¿sabes?

Frío y sin sentimientos.

Porque en el reggeton solo hay impulsos.

Impulso, acción y reacción.

Fin.

En cambio, en mis poemas...

En mis poemas puedo ir despacio.

Puedo secuestrar tus labios para rosarlos con los míos pero sin besarlos...

Me gusta hacer eso porque sé que aunque no los bese, los tengo en frente y si quiero lo puedo hacer.

Te puedo deborar. Pero no lo hago en ese momento y no sé cuándo lo haré.

Pero no importa, tan solo espero un poco más para hacerlo.

Y es emocionante.

Es ahí cuando ir despacio es especial.

Porque te disfruto... lo hago de poco en poco.

Y lentamente tus labios son solo míos.

Al igual que tus suspiros, tu calor.

En un poema puedo trazar con palabras lo que eres para mi como cuando con mi dedo recorro tu piel, desde tu pecho y hasta tu ombligo.

Cuando estoy contigo, puedo darme cuenta de todo lo que eres.

Grande, inteligente, divertido, soñador, creativo... fuerte, frágil...

Fuerte y frágil al mísmo tiempo.

Un niño chiquito en cuerpo de hombre.

Tierno, lindo, cariñoso y sensible, creciendo con cada decisión que toma.

Reflejando mayor maduréz y fortaleza a cada paso que da.

Lo curioso es que no te das cuenta, no te das cuenta de todo lo que eres.

Pero eres.

Y te tengo en frente.

Y así, a simple vista pareciera que frente a mi solo tengo tu cintura, tus brazos... tu espalda.

Pero en realidad tengo mucho más.

Tengo tu corazón, tus pensamientos, tus ilusiones, tus emociones... tengo lo que haz aprendido y lo que haz decidido ser y hacer.

Tengo todo eso que te forma y que existe dentro de ti, en frente de mi.

Y entonces te beso y es como si todas esas cosas se convirtieran en cosas que puedo tomar con mis manos.

Y pudiera volverlas mías aunque sea por un instante.