domingo, 7 de octubre de 2012

16 años


Se podría decir sentimental… más que cualquier otra cosa.
Un análisis profundo de cada acontecimiento que rodea mi vida.
Me parece magia la combinación de la música con una mirada reveladora.
Me parece amor más un simple gesto que las palabras “Te amo” en sí…

Leo un libro y me parece amor toda esa creatividad y pasión que personas tuvieron para exponer su imaginación… me deleitan sus descripciones… descripciones de un mundo ficticio pero real desde el momento en que toco con mis ojos sus palabras.

Odio este instinto animal que me corroe algunos días… odio desperdiciar tiempo valioso… tiempo que podría utilizar para conocer otras mil sensaciones diferentes, más reales, más profundas… más bonitas… más eternas… más bendecidas por Dios.

En serio… ¿Por que le cuesta tanto trabajo a las personas ver lo valioso que es un abrazo a comparación de una penetración? ¿Un enlace de manos… en vez de uno de cuerpos? ¿Un simple rose entre un dedo y un brazo en vez de un pegoste que exige tanto para al final dejar a tantas personas igual de vacías o peor que antes…? ¡o peor tantito! Exige tanto para al final dejarnos siendo las mismas personas que éramos antes. Tan simples como animales, sin capacidad de pensar, sin capacidad de sentir amor por otras personas. ¿Qué no se supone que al final esas son las únicas cosas que nos diferencian de ellos? Pero no… en vez de eso decidimos abandonar todos esos dones para ser animales… que solo buscan placer, que solo buscan satisfacer una necesidad… que se dejan llevar por un instinto… tan solo eso.

Para mí es mucho más que eso… para mi debería de pasar con la misma magia que tiene una canción para hacernos llorar de un momento a otro… para mi debería de significar más que TODO el amor que puede tener una persona, para mí debería significar un mundo imaginario… un mundo ficticio pero real una vez que tocas nuevos senderos… y debería dejarte tan lleno que cuando analices el acontecimiento, sientas que haz cambiado y saque lo mejor de tu persona… que decidas ser mejor que todo lo que haz echo en tu vida…. Y que decidas amar más que como lo haz echo en toda tu vida.

No sé porque de pronto toco temas tan profundos… aunque es relativo eso porque… tristemente la gente con la que me relaciono ya ve natural hablar de eso una y otra vez, metiéndole morbo, metiéndole gracia… y decepcionándome al verme en el espejo y notarme igual que ellos.  

Amargada…abuelita… anticuada… mama… maestra de sexualidad… que me digan como quieran y lo tomen como quieran….

Para una persona tan sentimental como yo, no debería extrañarles que lo tome así… que signifique tanto para mí.

Todo esto nació de un análisis de una pregunta adolescente que apareció el primer día que sentí que la cagué. Una pregunta simple… muy simple que decía “¿Por qué Dios habrá creado una sensación tan grande… tan instintiva, tan descontrolada, tan desalineada que llega a confundir todo aquello que realmente vale la pena?”

La respuesta fue simple… quizá Dios no lo hizo con ese propósito… estoy segura que es algo mucho más profundo, recordé entonces el sermón que las monjitas de mi escuela me daban.

“Una entrega del alma a través de aquel regalo tan preciado que Dios nos dio: el cuerpo” así le decían. Se trataba de complementarte… unirte con otra persona… y por un momento volverte una misma… como un baile… un compás (musical), un ritmo….

Hablando con una amiga, de mi edad… ya sexualmente activa… que esta ya experimentando y conociendo un mundo que aunque cada vez esta mas cerca de mi todavía siento ajeno…. Comentamos, me dijo, que “lo que ya hizo, ya lo hizo, que ya no tiene vuelta atrás… que no se arrepiente pero que a veces si se pregunta que si  alguna vez se llega a casar ¿Cuál será el regalo que le dará a su esposo en su noche de bodas? Dice que es bonito soñar que esa seria realmente la primera vez… soñar con que le regalaría a la persona que más amará en el mundo sus miedos de la primera vez… las emociones, las dudas, su inocencia y…. Su cuerpo”

Jamás lo entendí tanto como ahora y jamás me dio tanta tristeza pensar en eso como ahora. Sigo preguntándome si algún día lograré sentirme así… si algún día tendrá tanta importancia no solo para mí sino también para la persona que me acompañe.

Yo ya había mandado los choros de mi mama y de las monjitas lejos… muy lejos de mí, pero hoy me pregunto si quizá serían lo que más, deja tu que quiera!! Si no que deseo para mí en mi vida.

A veces pienso que es mejor dejarse de hacer preguntas. Porque solo tengo 16 años… larga vida por delante, miles de posibilidades y oportunidades para cagarla…. Una y otra y otra vez… pero de pronto… no sé. Es mi vida ¿no? Se supone uno tiene aunque sea la oportunidad y libre albedrío de decidir sobre su propia vida.

Es mi propia vida… ¿no?

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