viernes, 13 de octubre de 2023

 Yo a él no le debo nada. 

En cambio, por ti respiro. 

Te extraño en cada miligramo de mi piel y en la diamantina de mi alma. 

Por ti es que soy quién soy.

Por ti exijo tanto, por ti espero tanto. 

Por ti hoy lloro pues ya eras perfecto. 

A veces siento que es por eso que te tenías que ir, eras un angelito que vino a iluminarme la vida.

A dejarme un mensaje.

Y siento que te estoy fallando pues no me llena mi vida. 

Cuando pienso en cosas como preparar el altar me emociona. 

Y me entristece porque es el último proyecto que hicimos juntos. 

En cierta forma es bueno. 

Nos quedamos en ese día de muertos infinito, no sabíamos que era el tuyo.

No lo tuvimos que limpiar. 

A penas iba en despegue mi vida y me la cortaron en un segundo sin ti. 

Me cuesta trabajo respirar. 

Esa es una realidad. 

Quizá no es justo ni para Luis el estar con alguien zombie como yo.

Pero cuando pienso que tu también lo estuviste.

Aunque lo nuestro fue diferente a lo tuyo con María. 

Muy diferente...

Tomó mucho tiempo, mucha reflexión y compromiso. 

Pero es que al final de cuentas yo sabía que yo estaba loquita perdida por ti. 

Nadie lo entendía y nadie lo hará ahora tampoco. 

Pero yo me sentía un imán que no se podía ni quería librar de ti. 

Ahora ya no hay fuerza de atracción en mi vida y todo se muestra tan aburrido. 

Me siento perdida. 

Y me llené de distracciones para olvidar este dolor. 

Sé que no estas molesto conmigo.

Sé que sabes que he hecho lo mejor que he podido.

Pero también sé que sabes que ahorita he caído en el conformismo. 

Y eso ya no te gusta. 

Puedo oirlo mi amor.

Puedo oirte. 

En el viento, en el frío, en las hojas de los árboles. 

No dejo de rezar y de pedirte ayuda y guía para salirme de esa sensación. 

De ese decidir no hacer nada, de ese quedarme aquí con mi llama apagada. 

No sé por qué sigo haciendo esto. 

Pero por eso te escribo. Debo cambiar. 

Este día de muertos lo viviré al máximo como aquel último que viví contigo. 

Te recordaré sin verguenza y sin miedo. 

Te recordaré ardiente como herida al rojo vivo y te recordaré ardiente como la sensación en la garganta de un shot de tequila. 

Te extraño Mon

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