viernes, 23 de agosto de 2019

Schuster

"Tener una mascota no es cualquier cosa"
Creo que cuando somos niños y la primera vez que queremos tener a un perrito, a la mayoría de nosotros, estas son las cosas que nos dicen nuestros papás: "tener una mascota no es cualquier cosa"


Tristemente, la mayoría de los papás enfocan mal el mensaje.
Porque te lo dicen como que lo difícil es limpiar las popos y acordarte de darles de comer todos los días.
Y no... tiene mucha más profundidad que eso.

Una mascota, es un mejor amigo.
Pero un mejor amigo especial, porque tiene otro lenguaje.
Su forma de comunicarse contigo va a ser la más distinta y si pones atención, la más profunda de las que te va a tocar conocer en tu vida.

Los animales no usan palabras. Son instintivos, de manías específicas según su especie y en general suelen gustarles las rutinas.

Tener mascota no es cualquier cosa... porque es un ser lleno de vida.
Son seres que literalmente viven de día en día.
No les importa si hace o hará calor o frío. Si llueve o hay sol...
No les importa el precio del dólar, si hubo tráfico, si tu jefe amaneció de mal humor o te sacaste bajas calificaciones.
Para él tan solo fue un nuevo despertar, una combinación de olores, comida... hacer pipi y popo, dormir y estar contigo.

Ellos son felices solo con verte, con que los acaricies (en el caso de perros y gatos).
No te piden absolutamente nada más.
Ni siquiera razonan si te encargas de alimentarlos (ALIMENTARLOS, que es diferente a solo DARLES DE COMER porque eso, eso si que les encanta), si te encargas de limpiarles para que estén en un área limpia, bonita.
Su momento de mayor felicidad es cuando te les acercas, cuando los tocas, cuando les ofreces comida que no sean croquetas, cuando tomas la cadena o cuando abres la puerta (si es que ya esta entrenado y no necesita cadena para salir contigo) y es momento del paseo.

A ellos, solo tienes que amarlos.
Simple ¿no?
Pero no solemos pensar en eso.
Los humanos nos rodeamos de agenda llena. Entre el tráfico, nuestra comida, el entrenamiento, nuestras relaciones humanas, ponernos borrachos, estudiar o trabajar, tarea o pendientes, gastos e inversiones... se nos va la vida.

Hoy, mi perro labrador que en Diciembre cumpliría los 15 años de edad... hoy tendré que llevarlo a dormir.
Esta lleno de tumores, ya no quiere comer ni tomar agua. No puede hacer pipi ni popo.
Lleva durmiendo desde ayer y solo alza la cabeza cuando lo acaricio.
Yo siento que le debo tanto.
Yo siento que me enfrasqué tanto en mis pendientes de la prepa, de la carrera, mis relaciones amorosas y de amistades... que no me di el tiempo suficiente para vivir más momentos con él.
Me perdí tantas etapas de su vida.
Olvidé que ellos también envejecen.
Que ellos también se van.
Nunca le faltó comida, techo, agua y medicinas si se ponía enfermo.
Pero ¿lo hice feliz?

No dejo de recordar el primer día que llegó.
Lo mucho que insistimos mi hermana y yo para que mamá accediera a tener un perro.
Recuerdo la bolita chiquita de pelos que era de tan solo 4 semanas de edad.
Recuerdos sus saltos por toda la casa y todas las pipis que en ese entonces no eran tan graves para limpiar.
Poco a poco fue creciendo, y con él sus travesuras, sus locuras y desastres.
Destruyó todo lo que pudo: las plantas de mama, zapatos de papá, ropa mía. Se hizo pipi en la casa y en las personas que venían a veces.
Se peleaba con otros perros, lo sacabas a pasear y le ladraba a toda la gente.
Te jaloneaba y te llevaba de corbata.
Aventaba su casita que le habíamos comprado, era su juguete. Además de las cubetas que mamá le ponía para que tomara agua...
Llegaron mis otras dos perras labradoras a la casa y ya nunca más pudo entrar a casa porque le entraba obsesión por marcar territorio en todas partes.
Trataba de hacerle el amor a la cubeta, la manguera y lo que hubiese en los días de celo de las perras y lloraba todo el día.

Poco a poco mi perrito loco no podía comportarse por ningún lado y se limitaba a estar en el patio.
Lo veía solo cuando le limpiaba el patio o cuando le dábamos de comer.
Cuando de vez en vez una o dos veces al mes salía a entrenar.
O cuando le tocaba bañarse.
Poco a poco se puso ciego.
Chocaba con las cosas y se estresaba y sufría aún más al salir a pasear.
Luego le dieron reumas en las patas y le costaba trabajo caminar.
Dejó de escuchar. Y hasta hace a penas 7 días, con trabajos pero con fuerza, caminaba con sus patas chuecas.

Después de esta semana intentar de todo... darle fisioterapia, inyecciones con analgésicos, medicinas desinflamatorias y anti-dolor, suplementos, medicina, pollito, arroz y verduras molidas... A pesar de todo mi perrito viejito no mejoró. El eco reveló lo de los tumores llenos de sangre... lo de que ya son avanzados, inoperables.


Me duele mucho verlo como esta ahorita.
Me duele mucho pensar en todo el tiempo que le quedé a faltar.
Pero a pesar de todo. Sé que él no esta molesto conmigo.
Él es feliz tan solo con que yo le acaricie la cabeza y se olvida hasta de sus ganas de vomitar el agua o la comida que ya no puede digerir por sus tumorcitos.
Sé que él no le teme a la muerte.
Sé que para él eso no existe.
Sé que él no ve el dolor como lo veo yo.
Sé que él solo lo siente y se le quita cuando lo acaricio.
Sé que cuando lo vayamos a dormir él no estará asustado en el camino.
Sé que eso solo yo lo sé.
Sé que es mi responsabilidad que no sufra.

Hoy me acerco para decirle que gracias, gracias porque me amó tanto, gracias por lo feliz que me hizo, gracias por todo lo que me enseñó, gracias por todo lo que me hizo enojar y por todo lo que me hizo reir. Hoy me acerco para pedirle perdón si sé que pude haberle dado mucho más y que no me daba cuenta.

"Tener un perrito no es cualquier cosa"
Eso me dijo mi mamá cuando le pedí tener a Schuster.
Y ahora lo sé.
Tener un perrito es el más bonito de los compromisos.
No solo al darle calidad de vida, sino amor.
Porque ellos dan amor solo con existir.
Recuerdo también que papá nos dijo: "tener una mascota es muy bonito, pero es muy triste porque luego se mueren"
Mi hermana y yo dijimos "ay pa pero por qué tienes que pensar en eso? Falta mucho todavía"
Supongo que es como la frase que dice "decir -no ames porque te van a lastimar- es lo mismo que decir -no vivas porque vas a morir-"
Tanto que te dan y tanto que te enseñan, es equivalente a lo que va a doler separarse de ellos.
 Me cuesta mucho trabajo aceptar que me tengo que separar absoluta y completamente de él.
Que no me despertarán sus ladridos en la madrugada.
Que no tocará la campana del patio porque ya tiene hambre y debe comer.
Que no me aventará muy lejos para bloquearme y lograr abrir la puerta del patio con su hocico y entrar y mear la casa como un loco.

Sé que no se trata de aceptarlo sino como de resignarme.
Pero es que simplemente no me sale.
Lo amo, solo sé que lo amo.
Dicen que en la naturaleza todo se trata de ciclos.
Qué difícil puede llegar a ser aceptar que se termina uno.
Y trato de explicarlo en este escrito, a ver si ya no se me queda tan dentro el dolor.
Trato...







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