lunes, 11 de junio de 2018

¿Qué tanto puedo escribir?
¿A cuánto le puedo dar vida con mis palabras?
Tengo tanto sobre lo cual escribir, tantas caras, tantas historias, tantos lugares.
Horas, minutos, días, meses... año.

A veces siento que no ha pasado nada de tiempo del 2018 y en otras ocasiones siento que es toda una vida.
Para mí ha sido toda una vida el no ver a mis papás a diario, el no ver mi ciudad, el no escuchar mi idioma. Tan solo han sido seis meses y a veces siento que ya voy a perder la cabeza... no me imagino quiénes se vienen un año, dos años y hasta cuatro y cinco o toda la vida. No hablo de a este país, no hablo de esta ciudad... hablo en general irte de dónde naciste, irte de dónde creciste.

He conocido personas increíbles, formas de pensar muy distintas a lo acostumbrado y sé que nunca podré volver a los mísmos lugares y sentirlos igual. Todo a cambiado. Sin embargo... de primer momento, cuando platiqué con esas personas por primera vez, me impresiona que por el contrario (qué ironía) nada me sorprendió tanto. Ni cuando escuché diferentes acentos, ni cuando vi distintas facciones y miradas y luego reconocí patrones en sus nacionalidades. Ni cuando oí a los ricos y pretenciosos, solitarios y confundidos con mil vicios. Ni cuando escuché a los pobres, lástimados y resentidos por lo que otros tienen y que ellos nunca han podido tener. Ni cuando escucho a los que no conocen la inseguridad, despreciarla como si fuera tan simple como una enfermedad de la que te tapas y ya está. No, simplemente no. En ese momento no lo ví, no lo escuché, no lo sentí.

Me impresiona, lo veo, lo escucho y lo siento hasta este momento... aquí y ahora a unos días de volver a mi casa pero sin estar en ella. Hasta ahorita, que puedo darme cuenta de lo poco usual que es para mi vida pasada lo que ahora es tan normal para mí. Y sé que no me siento ni me sentiré "normal" nunca más en ningún lado. Estando aquí la gente descaradamente se me queda viendo... porque sé que mi figura, mi color y mi piel cuentan la historia de mi país. Cada quién la lee diferente, dependiendo lo mucho o poco que sepan o crean saber de él.

Y... al volver, seré la que se fue de intercambio, con mirada perdida como se la vi a tantos compañeros y amigos míos que vi irse ilusionados y volver en modo zombie con los pies en el suelo y la mente volando en las nubes.

Sé que en parte es porque podré ver a mi México totalmente distinto, contrario a lo que muchos piensan y me preguntan en mensajes... ahora amo incluso más a mi país, lo amo, me aferro y estoy dispuesta a luchar por él. Por esa magia que gracias a Dios me tocó conocer al nacer ahí. ¿Por qué? ¿Por qué México? Porque México es neutro. Estaremos "jodidos" como a tantos he escuchado decir, pero ahora sé que no estamos tan jodidos como otros países. Sé que no estamos tan reprimidos, que no tenemos tan pocas oportunidades, que no tenemos "tanta inseguridad" como tantos extranjeros ignorantes me preguntarón. Sé que México puede, solo nos hace falta confiar un poco, poquito, demasiado, totalmente en él. Estoy enamorada de mi país.

Muero por volver a mi país y no me mal interpretes, tu que me lees en este momento. No porque no haya sabido valorar esta gran aventura, no porque no reconozca que estoy viviendo el sueño de muchos que ¡por Dios! Vaya que sé que es un sueño, si al fín y al cabo fue también el mío. Siento todo esto como una pinceleada de abertura, de expansión, como cuando lees un libro y descubres todo lo que desconocías y te percatas que ignoras tantas cosas más.

El mundo es un lugar fascinante que por más que lo visites completo, tendrías que volverlo a visitar después, para seguir siempre descubriendo cosas nuevas. Lo que sucede... y el por qué de que quiera ya volver a mi país es porque ojalá fuera tan simple -y más me vale construir una vida que me lo permita- como lanzarte a viajar y viajar, cuando te canses, volver a casa a descansar. Saborear unos deliciosos tacos con un buen tequila escuchando un mariachi con la gente que amas, recargar fuerzas, energía y moral jaja para retomar las maletas y volver a viajarlo, volver a descubrirlo. Por eso necesito volver a mi país. Porque una vez leí en una publicación de una compañera que también tuvo la oportunidad de viajar como yo, su frase decía "Vamos a pasar todo el día en una ciudad y como podamos, ese mismo día llegar a otra ciudad. Sólo porque sí, porque somos jóvenes y podemos. Porque sólo tenemos una mochila amarrada a nosotros y no raíces que nos hagan quedarnos en un mismo lugar." y por supuesto que me emocionó... pero al mísmo tiempo yo sentí todo tan distinto a esa frase... porque tengo mis raíces, tengo mi gente, tengo mi orígen y es tan bello saber que te espera ahí, que volveras, que lo pisarás y olerás, tocarás y sentirás de nuevo. Y cruzas ciudad tras ciudad, ves gente y gente, escuchas y pruebas y al fin y al cabo... todos somos lo mísmo. Y me llena poder decidir con qué quedarme.

Y en mi humilde opinión, sin mediocridades ni conformismos, yo me quedo con mi México. Porque México es intenso. Y es que Aquí a veces, la mayoría del tiempo hace frío y todo el tiempo llueve. Llueve y llueve y es constante. El chipi chipi ajeroso. Se siente el calorcito y a penas y lo percibes, te da permiso de usar blusa de tirantes pero hasta ahí. El agua es fría y no te puedes meter entonces medio la disfrutas con la humedad que la corresponde.

Pero en México... en México si la tormenta llega, prepárate porque te va a tumbar y te va a innundar el tren. Si el calor llega, prepárate porque vas a deseear morir. Si vas a la playa es para aventarte al agua o te mueres y ¿qué crees? PUEDES METERTE sin morir en el intento. En México la música se siente, y te hace llorar y te hace gritar y ya sea que te la dediquen o la dediques, la cantas a grito pelado y que chingue su madre el resto.

Así que agradezco todo esto. Agradezco este viaje, estas locuras, estas personas. Agradezco todo porque te hace valorar de dónde vienes, te hace soñar con el a dónde irás. Te hace tocar piso y te deja volando al mísmo tiempo.

Pronto podremos regresar.


No hay comentarios: