domingo, 6 de abril de 2014

En la vida (pésima frase para empezar porque no quiero sonar cursi pero no encontré mejor inicio), se da la oportunidad de relacionarte con un chingo de personas, algunas te valen madre y otras tienen un algo que no sabes bien qué, que logran aguantarte y tu a ellos y hasta logran pasar momentos chingones y divertidos.

En mi vida (no la leas cursi) he tenido la oportunidad de conocer increíbles personas, que me cambiaron la vida, mi forma de pensar, me hicieron sentir diferente y especial. Hoy soñé con una de ellas y esa persona me hizo recordar a todas aquellas que hicieron lo mísmo, que cambiaron un pedacito de mi y que sin embargo… cosas pasaron (problemitas o simplemente distancias), no se solucionaron, nos dejamos de hablar y al final no hice nada por recuperar. A veces, cuando me acuerdo de ellos, tengo deseos de volverles a hablar y recuperar los viejos tiempos, como si el tiempo no hubiera pasado, como si no fuéramos unos desconocidos otra vez.

Facebook hace muchísimo más fácil esos reencuentros y muchísimo más doloroso cuando sientes el frío de que el pasado ya no existe. Cuando sientes cada mensaje como una respuesta obligada, de compromiso y un poco hipócrita, nada que ver con lo que solía ser antes. A veces me dan ganas de no ser yo, para ver las cosas de diferente forma, para atreverme a acercarme más a las personas, para demostrar que en realidad, en mi cabeza no existen distancias ni etiquetas y poder sentir el corazoncito de cada quién como si fuera el mío.

Pero sigo siendo yo… y más haya de lo que logren ver los demás sobre mí o lo que yo misma logre percibir, seguiré siendo yo sin darme cuenta. Y ya no me da la gana luchar contra eso.

1 comentario:

Dylan Forrester dijo...

Siempre seremos lo que somos, a pesar de los demás y aún de nosotros mismos.

Besos.