Te escribo poemas
Te escribo frases de amor en mi mente

Somos personas
Nos aferramos a nuestros ideales
Tratamos de darle un sentido a nuestra vida con ellos
Somos despectivos en muchas cosas
Y dispersos en tantas otras.

A algunos nos da seguridad la monotonía
Y buscamos a alguien que nos saque de ella.
Otros se llenan de actividades variadas
Un intento por no sentirse "encerrados"
Buscan a alguien que los haga sentirse estables.

Tratamos de darnos nuestra propia importancia
Buscamos a alguien que nos ame por ser lo que somos.
Hablamos sobre el querernos a nosotros mismos por lo que somos
Y seguimos creando estereotipos en nuestras mentes.

Estas vacaciones aprendí a destruir todo.
Ideales, monotonías, salidas de emergencia, jaulas, amor propio, aceptación, estereotipos…
Me formatié a mi misma.
El cuerpo no conoce de periodos de tiempo y no porque ya vaya a volver a clases quiere decir que ya este lista para hacerlo.
No estoy "reconstruida" no me he terminado de instalar los nuevos programas porque todavía ni siquiera sé cuáles son los que quiero conservar.
Tan solo estoy aqui, rodeada de momentos.

Jamás había creído en la posibilidad de ser otra yo.
¿Qué me define? ¿Qué me hace lo que soy? ¿Qué me gusta de mi?
Ya no busco respuestas
El tiempo se nos va buscando respuestas
Queriendo "tener el control"

Solo cierro los ojos y dejo pasar los segundos

¿A qué le tienes tanto miedo?
Te haz imaginado ver el cielo, admirar las nubes, sentir el aire fresco, respirarlo profundamente.
Te haz imaginado por un momento no exigirle nada a la vida y aún más importante… ¿no exigirte nada a ti misma?
¿Ya te perdonaste? ¿De verdad lo hiciste?
Siente tu abdomen, siente tus piernas.
Escucha tu corazón ¿Puedes conectar cada rinconcito de tu persona con el bombeo de la sangre?
¿Puedes sentir las chispas eléctricas que tu cerebro lanza para mantenerte viva?
¿Puedes admirar ese milagro?
Al mismo tiempo, la tierra gira constantemente en el universo y te arrastra a ti y tus chispas junto a las olas y miles de pájaros volando en distintas direcciones.

Recuerdos

Pienso en las tardes cuando era niña, papá me había prometido un premio, no recuerdo cuál era el motivo. Caminamos por horas por plaza del sol buscando mi premio perfecto. No sé porque me enfermé de la panza esa tarde, me dolía mucho pero yo todavía no lograba decidirme por alguna cosa que quisiera que papá me comprara. Papá me tuvo que cargar en sus hombros conmigo retorciendome de dolor, recorrimos tienda por tienda, tontería por tontería. Mi expectativa se había vuelto tan alta que de pronto nada era suficiente. Al final, terminé decidiendome por una cartera, era amarilla y tenía al hombre araña apuntando el brazo para soltar una telaraña. Desde entonces y hasta hace algunos pocos años, esa cartera siempre fue para guardar mis ahorros. Ahorros de dinero que me daban mi abuelitos, mis papás o mis tíos en mi cumpleaños, para después comprar con ese dinero cualquier otra tontería que se me antojara. 

También pienso en tiempo después, cuando tenía 13 años y me traumé con los tenis DC que estaban de moda. Había ahorrado para comprarlos. Plaza arboledas de nuevo, esta llena de boutiques y tiendas de calzado y además baratas. Así que ahí nos tienes a papá y a mi. Recuerdo que antes de ir ahí, fui a muchas tiendas más. Recorrimos toda guadalajara en busca de los zapatos perfectos. Al final las únicas que recuerdo son esa y también recuerdo Plaza del sol. 

Papá siempre ha estado aqui. Aún me ve llorar y lo único que desea es bajarme el cielo, mar y estrellas juntas para hacerme sonreír. Supongo que es difícil para él el tener que aceptar que he crecido y que mis problemas ahora son diferentes. Ya no puede hacerme sonreír solo obsequiandome algo y seguramente ha de ser raro para él, tener que hacerse un lado y dejarme enfrentarme al mundo para resolver los problemas por mí misma para lograr independencia, madurez, valentía y fortaleza. Formar mi carácter, formar la persona que seré.

Yo solo sé que lo amo y me gustaría no provocarle tantas dudas, preocupaciones y dolores de cabeza. Quiero verlo sonreír, quiero hacerlo sentir orgulloso de mí, quiero hacerlo feliz. 

Día 3

Estuve leyendo escritos viejos.
Recordando quien era antes de estar contigo.
Segundos después me puse a llorar…
Porque mi vida estaba vacía e incompleta.

Contigo le había dado un sentido a todo.
Después me dije a mí misma "hey! Espera! Ya no eres esa Gaby y no tienes que volver a serlo si no quieres"
Así que quizá empiece a cambiar muchas cosas por aquí.
Quizá si lo hago por fuera logre sentirlo por dentro.

Y aunque quiero dejar de pensar simplemente no puedo.
Y no quiero.
Formas parte de mi, siempre lo harás y no quiero negarlo.

¿Notas soledad en mis ojos cuando me miras?
A veces me invade este sentimiento… a veces, veo la vida de todos pasar como luces brillantes y fugaces.
Navegan en grupo y forman miles de fuegos artificiales…
Pero a veces, solo a veces… siento que la mía (mi luz) brilla en dirección contraria.

Navego admirando los tesoros que ya nadie recuerda, vivo y me alimento de la melancolía.
Le temo a mis ilusiones y emociones y no confío en ellas.
Me apego y me aferro a lo que me ha funcionado… vivo pensando hasta en el más mínimo detalle.
Le repito a mi mente que esta bien ser diferente.
Le repito a mi mente que ya me cansé de querer esperar lo que todos esperan
Me repito y me repito que quizá realmente soy diferente y que quizá me estoy perdiendo de todas las maravillas que atrae por ese mismo miedo a cambiar.

¿Hasta dónde puedes llegar pequeña Gaby?
¿Hasta dónde?

No solo me digas la loca de las galletas.
No solo me digas la loca de los dulces.
La loca que no come harinas.
La loca que no come pastelitos dulces.
La loca que hace ejercicio todos los días.
La loca que pone atención en clase.

Todo eso es tan superficial…
Si de verdad me conocieran…
Pero… ¿en realidad quiero que me conozcan?
Creo que no me había importado demasiado.
Creo que sigue sin importarme.

Creo que solo soy yo…
Creo que con eso estoy a gusto.

Siempre las mismas preguntas.
Lo bueno es que siempre es la misma respuesta:
sigue así

Take me back

Trato de superar el hecho de que no he podido bailar y de que no sé exactamente cuando lo haré.
Llevo tres lunes seguidos diciéndome que será solo esta semana y ya… pero supongo que de esta manera es más fácil… supongo que me habría dolido más si el primer lunes me hubiese dicho "seran 3 semanas sin ninguna clase de ejercicio físico".

Mientras tanto mi vida se torna un poco gris.
No siento esa fortaleza en mis piernas, no me duelen los músculos al dormir.
No puedo hacer empeines y no puedo sentir todo ese poder que siento cuando lo hago.
No he sentido esa libertad que llega cuando sudo hasta tal punto que la gente llega a pensar que me a cabo de bañar.
No he tenido que adaptar mi cabello a miles de formas y situaciones: bonito y limpio por la mañana, sucio al medio día, opaco en la tarde y amarrado en un chongo para el ballet por la noche.
No siento mi cuerpo cambiar ya… y tengo esa necesidad de verme todo el tiempo al espejo para corroborar que no he engordado ni siquiera un poco.
Ya no siento la libertad para comerme una barrita si se me antoja en la clase.
No he podido practicar mis piruetees.

Dios mío déjame bailar ya por favor.
Y lo mío se presenta de una manera tan simple… tan pequeña.
No me puedo imaginar a aquellos que han perdido la posibilidad de bailar para siempre. No se lo deseo ni a mi peor enemigo.
Mientras tanto me siento en las bancas en frente de la cafetería… viendo a tanta gente sana perder su tiempo platicando de cosas tontas, perdiendo el tiempo….
Trato de concentrarme en mi tarea… pero es que simplemente no puedo.
No debería estar aquí, debería estar haya… debería estar haya escuchando esa música… debería estar haya sintiendo ese dolor… ese tan delicioso dolor.