Un día más. El mundo da vueltas sobre su propio eje de nuevo
y los minutos, horas y momentos de todos en la tierra se desarrollan… de
diferentes maneras y con miles de probabilidades diferentes.
Este es uno de esos momentos en los que me gustaría ser otra
persona… y es que me siento como drogada o tomada… giros, giros… imágenes de
personas caminando alrededor y tiendas con anuncios de descuentos en todos
lados. Focos y arboles de navidad. “espíritu navideño” le llaman. Recuerdo esa hermosa
y ahora dolorosa sensación de no importarme el mundo… ni todo el exterior por
la única persona que actualmente gira mi mundo y que camina a mi lado.
Sus ojos se posan en mí continuamente y una que otra vez
busca un pretexto para abrazarme y estar junto a mí. En lo personal pienso que
mi sexto sentido ya no esta carburando y que la que en realidad busca estar
cerca de él soy yo.
Como sea… si fui obvia o no eso ya él lo decidirá y
realmente después de toda esta gama de sentimientos y sensaciones intensos él
ya debería de haber tomado una decisión y decirme o que me quiere o que me odia
o que me aleje O QUE SÉ YO.
¿Por qué de pronto me siento sin derecho a sentir? ¿Sin
derecho a amar? ¡Perdóname! Me enamore de tu mirada, tus manos, tus palabras y
todo lo que tiene que ver contigo. Tu mundo me enseño la puerta a la libertad y
a sentirme más como… como yo misma. La pinche locura me rodea de nuevo y es
porque no estas aquí pero QUE LA CHINGADA pareces droga y realmente sales cara.
Pero ¿ésto que importa ya? Si ya tomaste tu decisión… la decisión
de no decidir, la decisión de matarme… la decisión de dejarme aquí estancada y
yo debo aceptarlo DEBO ACEPTARLO pero cada vez que lo pienso me ahogo
¿solución? No pensarlo… siento decirlo... pero es un poco complicado.
¿Qué paso ayer? ¿Qué pasa hoy? Te podría ver todos y todos
los días… no me hartaría. Te necesito,… te necesito y se me hiela el corazón.
Pero ¿eso que importa ya? Ya lo he repetido miles de veces y
a todo el mundo le vale madre. Tendría que empezar a valerme a mí también.
A mí también.
Pero realmente… ¿eso que importa ya?
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